Nombre de origen germánico, su forma anglosajona es Edward, y su forma
latina Edvardus (que al pasar a leerse Eduardus dio lugar a la forma española
Eduardo. Se cree que procede de los elementos germánicos Hrod
(glorioso) y ward (guardia; precisamente de ahí procede esta palabra).
El nombre significa, por tanto, gloriosa guardia o guardián digno de gloria.
Tiene la variante inglesa de Edgar, en recuerdo de san Edgar "el Pacífico",
famoso rey sajón del siglo X. Pero se mantienen ambas variantes del mismo
modo que nosotros tenemos la de Isidoro (para san Isidoro de Sevilla) y la
de Isidro (para san Isidro Labrador), la de Ramón
(para san Ramón Nonato) y la de Raimundo (para san Raimundo de Peñafort).
Tanto una como otra variante son muy populares, aunque es más tradicional Eduardo