Amor, junto a mí puedes seguir;
pues mis sentimientos no han cambiado.
Tan solo soy un ser fracasado,
alguien que no entiende un corazón robado.
No existe en mí la chispa de la vida,
no hay algo que pueda ser aprovechado.
Tú sigues en mí, te sigo amando;
mi pasión busca tu ser tan adorado.
A ti te amo amor, te siento a mi lado;
tu mirada, tus labios en los míos besando.
Mas yo me doy toda a ti, pues te amo;
me entrego toda yo para ambos tocarnos.
Sí, ya la pasión se ha despertado,
abandonando la tristeza y el dolor,
que la vida por sí va seleccionando,
mientras juntos tú y yo nos aplacamos.
Amor, soy mucho fuego para ser aplacado,
tus ansias por mi cuerpo voy notando,
mis manos van a las tuyas sin demandarlo.
Tú, con tu sensualidad siempre presente,
con tus palabras tan acertadas y suaves,
con tu ternura siempre reluciente,
haces que olvide mis penas y me entregue.
Y tú haces lo mismo, me penetras, me sientes,
gozamos los dos de este momento caliente,
de este bienestar que a ambos nos procede.
Amor mío, que la antorcha de este amor,
no deje cese su llama por desconfianza,
que no se separen nuestros cuerpos pasionales,
que tanto y tanto nos da el uno al otro;
que no pase este goce que, piel a piel, hierve.
Tú ... yo ... nada hay que nos detenga,
volvemos a fusionar nuestros sexos,
tan deseosos de estar en unión;
sin importar qué pasará tras su relación.
Nosotros somos dos almas unidas,
alguien que no solo la razón mira;
nosotros ... no nos separamos por voluntad,
nos separamos cuando el tiempo dice,
que finalmente acabó el momento de pasión.
Pero volvemos amor, volvemos a desearnos,
tenemos grandes anhelos de hallarnos,
nuestros silencios y sueños son reales,
mas nos cura de todo aquello que daño hace.
Nosotros somos medicina, cura, esencia;
esperando siempre que sea nuestra hora,
nuestro momento de quedarnos de nuevo,
sólo tú y yo haciendo realidad nuestra fantasía.
Nosotros somos dos seres que se quieren,
y buscan saciar su pasión ardiente,
no importa la edad ni el tiempo pasado,
sino lo que ahora tú y yo nos estamos dando.
Y sí amor, tú sigues muy presente en mí,
aunque el tiempo pase más siento tu devenir;
mas ya no hay distancia ni distanciamiento,
hay deseos de estar juntos en pleno silencio,
observar y gozar cada parte del cuerpo,
y saciar la sed de pasión que nos alcanza.
Y sí amor, te busco, me buscas, nos hallamos;
nos seguimos implicando cada día sin fracaso;
mas tú hallas en mí ese cuerpo que deseas,
y yo ese amor pasional que no cesa de palpitar.
Nosotros somos un solo deseo que no falla,
alguien que se apartó de la maldad malsana,
quienes en el silencio y en la intimidad,
hace que esta vida sea un verdadero gozar.
Y no pensamos en el qué será, no;
pensamos y sentimos en lo que es y hay:
dos seres sensuales cuya sed hay que saciar.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester