La cultura gótica dejó en toda Europa, y muy significativamente en España, un rastro esplendoroso. Pensemos en la arquitectura gótica, inimaginable desde el arte clásico.
Los nombres godos pasaron a formar parte del santoral español en plano de igualdad con los nombres de procedencia latina y los de procedencia bíblica (hebrea). Llevar un nombre godo fue durante siglos una señal de distinción.
Ernesto es uno de esos nombres. Procede del teutón ernest, que significa "excelente". La Enciclopedia Espasa hace una reseña de 37 príncipes, casi todos alemanes, que llevaron el nombre de Ernesto.
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