Ya es tarde
para retroceder,
para mirar
hacia un atrás sin resolver;
para ir
hacia delante sin nada pretender;
para
quedarse en al ahora si nada hacer.
Ya es tarde
para la esperanza,
cuando
cualquier pequeño sueño fracasa,
cuando el
tiempo es dueño y solo marcha,
cuando el
adiós es el único que avanza.
Ya es tarde
para poder cambiar,
a pesar de
que en el presente fracasar,
a pesar de
una mejor vida poder hallar,
a pesar de
un secreto quizás descifrar.
Ya es tarde
para el esfuerzo,
si nada hay
por delante con sentimiento;
si nada hay
que tenga un valor inmenso;
si nada hay
para sostener el intento.
Ya es tarde
para en alguien confiar,
aun cuando
los mejores deseos señalar,
aun cuando
luz sea en toda una oscuridad,
aun cuando,
al hacerlo, dé gran serenidad.
Ya es tarde
para los lamentos,
pues ningún
mérito tienen sus revuelos,
pues en cada
uno existe gran desespero,
pues con
ellos no hay mejores tiempos.
Ya es tarde
para entender el día a día,
más aún si
no hay proyecto ni alegría;
más aún si
el temor y la duda acarician;
más aún si el
corazón, vacío y sin armonía.
Ya es tarde
para el amor,
aquel que
llega sin ninguna pretensión;
aquel que
mantiene al alma con serenidad,
aquel que no
deja pasar los días sin más.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester