Si existiese la confianza,
tal vez la esperanza suspirara;
quizás, la sinceridad surgiera,
y las personas huellas dejaran.
Sin nada de calor humano,
se apaga todo tipo de encanto;
la realidad es fría y distante,
el cariño, lejano, incongruente.
Con heridas de falsedad,
nada más cercano que frialdad;
nada más distante que soledad;
nada más propio a la desigualdad.
Gracias a la humildad, el perdón;
gracias a la voluntad, la consecución;
gracias al empeño, el mejor premio;
gracias al respeto, la libertad.
No hay palabras para ayudar,
sino hechos que son pura realidad;
no hay elogios tras la hipocresía,
sino crueldad y ninguna simpatía.
En un mundo repleto de diferencias,
en el que existe pobreza y riqueza,
en el que el dinero, parece, ciega,
en el que la sensibilidad flaquea,
en el que creer es algo que balancea,
quizás mejor crecer como persona,
para después mostrar al mundo belleza.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester