¿Qué
se requiere para ser feliz? ¿Qué es la felicidad? ¡Es todo tan relativo! Para
algunos la felicidad consiste en abundancia, en consumo, en el capitalismo en
definitiva, sin mirar para nada la parte afectiva o moral; para otros, cierto
que el dinero es necesario para existir y poder llevar a cabo proyectos de vida
pero su felicidad requiere otro tipo de riqueza como la belleza de las cosas
que le rodean, la sinceridad, la confianza, la sensibilidad, en definitiva, lo
humano.
Y,
como todo en esta vida, ni sólo el poder del dinero hace la felicidad, ni
tampoco sólo lo humano hace ser feliz. Hay un término medio.
Eso
sí, desde mi punto de vista personal, no hay riqueza mayor en este mundo que
tener una ilusión, un interés, un sentido de la vida; pues, sin ello, ¿para qué
sirve todo lo demás?
He
percibido gente realmente pobre ser verdaderamente feliz con lo que tiene y
gente rica que apenas aprecia nada de cuanto tiene y está amargada.
Mi
pregunta es: ¿de dónde surge esta ilusión, esas ganas de vivir?
Personalmente
no sé la respuesta, quizás porque jamás le haya encontrado sentido a la vida y
mis días sean un mero pasar.
Puedo
apreciar que la gente que vive con ilusión, con interés, con esperanza, es
verdaderamente valiosa; valiosa porque emplea cada momento de su tiempo en
alcanzar y embellecer este mundo. En definitiva, vivencia cada instante de su
vida.
Y
no hay peor enfermedad que la falta de estímulo o ilusión. No hay medicina que
la cure, ni palabras que le ayuden. ¿Se puede ser feliz sin tener sueños o
anhelos, sin pretender alcanzar un proyecto? Quizás, sí; no sé, pero ¿qué
sentido tendría entonces el tiempo si en nada se desea emplear?
Desde
mi punto de vista no hay peor enemigo que la apatía, no hay mayor mal que la
ausencia de alegría ni armonía interior.
La
vida es muy difícil en general pero tanto más si sentido no se le da. Cada
persona es dueña de su vida, sí, pero ¿de qué depende el saber o no saber las
riendas llevar?
Admiro
a toda aquella persona que de la más mínima cosa halla un gran sentido y una
enorme alegría por vivir; a toda aquella persona en que vivir es algo más que
pasar un tiempo y aprovechan cada instante para llenar su corazón y su mente de
algo más que aquello en su presente aparece; a toda aquella persona que sabe
transmitir y forjar pilares para una vida mejor llevar y son auténticos ejemplos de que la singularidad
no es precisamente el egoísmo sino el ejemplo que se puede dar.
Autora:
Rosa Mª Villalta Ballester