No sé eso del amor qué es:
si es llorar por la ausencia,
estar pegados piel con piel,
latir el corazón sin demora,
suspirar sin saber de qué,
hacer sin pensar cada cosa,
llegar al goce sin un porqué.
Quizás no haya respuesta:
cuando el sentir es solidez,
si la mente no tiene poder,
el placer es quien procesa,
sin voluntad ni algún hacer,
ese fuego que algo genera,
esa calma que hay después.
Mas en el encanto, agrado:
aquello que invisible su ser,
esa belleza que embelesa,
la ternura sin nada detener,
ese instante que todo tiene,
toda sensación que florecer,
el oportuno silencio asolado.
Y, tal vez, locura o engaño:
saciar un anhelo u olvidarlo,
esperar con ansia renovarlo,
sufrir si no hay ya momento,
respirar todo un desengaño,
tener el don de ser encanto,
hallar otro ser sin pensarlo.
Y, tal vez, la vida dé amor;
sin embargo, con el tiempo,
con frialdad y objetividad,
no sé quién recibe ese don:
si el que, en verdad, necesita;
o el que, con falsedad, utiliza.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester