Dichoso el que se acepta a sí mismo y acepta a los demás, sin
beber las aguas de la envidia.
Dichoso el que trabaja con lo bueno que hay en todos los seres,
sin amargarse la vida por los errores propios o ajenos.
Dichoso el que evita compararse con los demás, y sabe
equilibrar la suavidad con la firmeza.
Dichoso el que es enemigo del chisme y amigo de la verdad, el
que es tolerante y comprensivo.
Dichoso el que no viaja al ayer con rencor ni al futuro con angustia,
sino que vive el hoy con entusiasmo.
Dichoso el que tiene a Dios como amigo y a todos como hermanos,
amando igualmente a la naturaleza y a toda forma de vida.
Dichoso el que dedica tiempo a los seres amados y pone su hogar
antes que el trabajo y las riquezas.
Dichoso el que actúa con ética y sabe elegir lo mejor sin lastimarse
ni lastimar.
¡Quienes conocen esos goces son maestros en el Arte de Vivir .
d/a