La gratitud a la vida es una de las cosas que la humanidad ha olvidado, pero que en los iniciados es un hecho.
El dar es una de las leyes de la vida. Todo egoísmo detiene todo ascenso hacia la perfección.
Una
de las bendiciones del estado ascendido es la completa ausencia de
crítica y condenación para las debilidades y flaquezas humanas. Si el
estudiante de la luz se entrenara para olvidar todo lo que no es sutil o
deseable, no solo progresaría rápidamente sino que se liberaría de
muchas esclavitudes y temores mentales.
Hay
una actividad que ayuda a avanzar en el sendero al estudiante y esta es
la del verdadero Perdón. El perdón lo llena todo con la Luz de la
Perfección.
La
Luz es tan poderosa que quien habita en ella está como en una
fortaleza. Aunque permanezca en medio de la miseria del mundo,
permanecerá intocado por cualquier cosa que no sea perfección en la Luz.
d/a