En costa lejana
y en mar de Pasiòn,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinaciòn.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
"y es cierto y no es cierto"
como en la canciòn.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
-Vamos hacia el mar
que devora al Sol.
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
-Vamos a ver juntos
dònde se hace el Sol.
Ni por juego digas
o exageraciòn
que nos separaron
tierra y mar, que son:
ella, sueño, y él,
alucinaciòn.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
¡Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!
Poema de:
Gabriela Mistral