Josafat obispo y mártir; Millán (Emiliano) de la Cogolla, Adalberto, Arsacio, Teódulo y Nilo el Sinaíta confesores; Aurelio, Publio, Benedicto, Isaac, Mateo y Cristiano mártires; Benigno, Renato, Cuniberto, Esiquio, Rufo, Livino y Leodegario obispos; Cumián abad; Paterno monje.
AURELIO
Es un derivado de aurum, que significa "oro". Entre los muchos derivados de este nombre, Aurelius sólo aparece en latín como nombre propio, señal evidente de que es el resultado de la evolución de un nombre común, muy probablemente aurarius, que significa orfebre, trabajador del oro. Y siguiendo las leyes de la onomástica, el apodo, que en este caso correspondía al oficio, se convirtió en nombre. Pero no un nombre cualquiera, sino el gentilicio de una de las gentes (de las grandes familias) más influyentes de Roma, la gens Aurelia, de origen plebeyo, tal como el propio nombre impone, pero que supo hacerse a sí misma y ocupar un puesto muy relevante en la construcción de Roma. Ni que decir tiene que la belleza intrínseca del nombre (a nadie desagrada el brillo del oro), la nobleza del oficio que denomina y la calidad de las personas que lo llevaron, le añadió cada vez más atractivo, más brillo y más esplendor. No olvidemos que fue el prenombre del gran san Agustín, cuyo nombre completo era Aurelio Agustín. Y que en francés y en catalán, a través de auréolus evolucionó a Auriol y Oriol. Es que realmente se hace amable este nombre cuando trasladamos al alma las cualidades por las que el oro se distingue de los demás metales.
BESITOS .
MODESTO
Este nombre propio procede, y sin haber sufrido variación alguna, del adjetivo calificativo modesto-a, que procede del sustantivo latino "modus", que significa moderación, mesura, equilibrio. Según esto, se aplica este adjetivo a la persona que se distingue por su moderación, por su comedimiento, por su modestia.