Se nos abren puertas y se nos cierran otras,
se dejan etapas para vivenciar otras nuevas,
se apagan ilusiones con anhelo de esperanzas,
se sienten deseos lejanos a ser oportunidades,
se confía en alguien sin conocer sus verdades,
se siente el cariño no importa a qué edades.
Se observan fronteras que cierran realidades,
caminos que, ombríos o claros, son naturales,
se advierten circunstancias con falsedades,
abriendo interrogantes por acciones fatales,
experimentando la voluntad de la confianza,
salvando obstáculos que quitan la ignorancia,
que dan a conocer la clave de una vida sana.
Se nos dicen palabras vacías e inmediatas,
valores lejanos en una humanidad cercana,
se huye de problemas que acechan al alma,
mas solo se desea alegría y dicha solitaria,
sin importar crecer como persona completa,
pues sólo el corazón sabe con qué se llena,
sin riquezas, tan solo el calor humano deja,
sin intereses, con voluntad a mejorar meta.
Se siente la mentira, la crueldad, la soledad,
se siente impotencia ante gran inseguridad,
se mira al cielo, se demanda más humanidad,
y se desea, ante todo, vida con serenidad.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester