Cello, cellere, celsus es el verbo latino del que procede el adjetivo celso. Afín a collis (colina) y a columen (cima, altura; de ahí, culminar).
Poco usado en sus formas simples, ha pasado a nuestra lengua con el prefijo ex: excelso (de excello, excellere excelsus).
Significa, por tanto, Celso, que se levanta por encima, que sobresale, que destaca.
Más que el participio pasado, usamos en español el participio presente: excelente (excellens, excellentem), que designa al que en este momento está sobresaliendo.
Como nombre propio, encontramos Celso ya en la Roma clásica.
Hoy como entonces sigue manteniéndose como un nombre selecto, de los que no se prodigan en exceso.
Son varios los santos con este nombre, por lo que los Celsos pueden elegir entre varios días para celebrar su onomástica: el 9 de enero se celebra S. Celso, niño mártir; el 1 de abril, S. Celso obispo; el 10 de mayo y el 28 de julio, otros dos niños mártires. El 21 de noviembre, S. Celso mártir.
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QUE BIEN GNOMITA, QUE ALEGRIA LOS MIEDOS A LAS ESCALERAS YA SON COSA DEL PASADO
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Nunca dejes que desaparezcan las fantasías, |
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