FANTASÍAS
No hay persona que sepa la verdad absoluta de algo ni verdad que se plasme en una palabra, ni palabra que encierre seguridad, ni seguridad que tenga un vuelo comenzar.
Hay incertidumbre, hay fantasía de llegar a un encuentro de cariño y voluntad; hay voluntad en acercarse a la ternura y la amistad; hay amistad cuando la fantasía se aleja de la falsedad; hay falsedad cuando a nada seguro se desea llegar.
¡Claro que hay fantasía en la vida para poder así sobrevivir! ¡Claro que hay deseos de otra realidad poder asumir! Precisamente, en la fantasía está la esperanza, la fe de que algo se puede llegar a conseguir, la consecución de una acción para algo conseguir.
La fantasía no es mala mientras se tenga en cuenta la vida real, mientras no se deje ésta atrás o en el olvido. Vivir de la fantasía es malo; vivir en la fantasía es bueno o, hasta cierto punto, positivo. El optimismo puede apoyarse en la fantasía para seguir una realidad que nada gusta. El empeño no es sino la consecuencia de conseguir algo que no es realidad todavía, luego es una fantasía a conseguir.
Si, fantasía es el pilar para ir más allá, para no dejarse llevar por una realidad cuando no es favorable, cuando su presente no es nada bueno. Fantasía es ver el lado positivo de la vida cuando no se ve mas que su lado oscuro.
No es malo fantasear mientras no se pierda el norte, no es malo tratar de lograr algo que no es real y convertirlo en real.
Cada cual tiene un sinfín de fantasías: amor, riqueza, amistad, sensualidad, fortuna, …, e intuir cómo llegar a lograrlas es el pilar de la alegría. Cada cual tiene su propia fantasía (interior o exterior). Cada cual tiene su propia forma de plasmarla o interiorizarla. Cada cual tiene un objetivo una meta y éste es el primer eslabón para poder fantasear. Sin meta a la que llegar, sin objetivo que perseguir no puede haber fantasía pues ésta no es mas que la alegría de conseguir lo anterior.
Como he expresado anteriormente, una cosa es vivir de la fantasía, lo que se aleja de la realidad y se puede vivir de la utopía y otra cosa es vivir en la fantasía, que da lugar a la esperanza, a la sonrisa, al querer hacer, al dejar de lamentarse, a perseguir una meta, a canalizar los males.
Fantasear no supone mas que ver aquello que se desea y desear lograrlo; esto no significa alejarse, sino acercarse a lo que se sueña. Fantasear es acercarse al sueño. Soñar despierto y con razonamiento y lógica.
Las fantasías se asocian a los niños, a la infancia; pero, ¿por qué? ¿Acaso cada adulto no tiene su niño para que le proporcione alegría o bienestar? ¿Acaso no es humano fantasear para obtener bienestar? ¿A quien se daña con las fantasías? Se podría dañar uno mismo cuando las fantasías fueran tan lejanas a la realidad que no permitieran su visión; pero las fantasías pueden convertirse en piedra angular para la esperanza y las ganas de vivir al ser el centro de algo que gusta y se desea forjar o tener, o llegar, …, fantasías que hacen de un despertar un soñar.
Rosa Mª Villalta Ballester