Santos del día 4 de Septiembre
Nuestra Señora de la Consolación. Bonifacio, Cándida, Marino, Moisés, Rufino, Silvano.
CONSOLACIÓN
Dos formas tiene este bello nombre de mujer: Consolación y Consuelo, además de sus hipocorísticos. Es el nombre de una nobilísima virtud, más valorada antes que ahora; no porque no se necesite, que se necesita más que nunca, sino porque nos hemos endurecido más y nos hemos resignado a vivir cada uno su soledad dentro de la multitud. Consolatio es el origen latino, formado por el prefijo con de compañía y de intensidad, más el verbo solor, solatus sum, solari, que significa ya de por sí consolar, reconfortar, alegrar... El sustantivo solatium derivado de este verbo, del que obtenemos en español la palabra solaz, nos da el valor más positivo de este nombre: recreo y consuelo del espíritu. Se cree que el verbo solor procede del adjetivo solus, a, um. Como fuere, el de Consuelo o Consolación es un nombre que hace pensar en solidaridad, en fortaleza para reconfortar a quien lo necesita, en sosiego y solaz para el espíritu. En ahuyentar la tristeza de la soledad.