No me olvides,
que todavía tengo mucho que aprender,
que me queda mucho camino por recorrer,
que soy tan sólo un ser que comienza a crecer.
No me ignores,
que mi dolor puede ser un día el tuyo,
que quizás cambien nuestros destinos,
y tan sólo soy un desgraciado niño.
No me regañes,
pues mis acciones no son voluntad mía,
que aprenderé más si ejemplo a seguir me das
pues no soy más que alguien que no quiere el mal.
No dejes de sentirme,
que yo siento cuanto alrededor hay,
que siento lo que es "no ser querido",
siento lo que de verdad es maldad.
No me dejes,
que tu mano al menos deseo tocar,
que tus brazos rodeen mi cuerpo chico,
y que pueda oír sin temor tu corazón palpitar.
Aquí está mi pequeño corazón,
tú si quieres, puedes dejarlo marchar
o puedes tomarlo para que no halle el mal.
Yo tan sólo soy un niño muy chico,
que quiere encontrar algo de cariño,
y no sentir el maltrato y la soledad.
Yo, tan sólo soy un niño muy chico,
pero hay muchos muchos como yo.
Este es un reclamo de un niño
que es el eco de voces tan pequeñas,
que necesitan urgentemente, la comprensión.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester