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Dejando huella en el camino, se deja al caminar o al pasar, dejando tan sólo un suspiro, se deja un rincón de soledad.
Dejando una esperanza sincera, se abre el alma sin cesar, dejando más allá la confianza, el corazón palpita cada vez más.
Dejando la llave de la hermosura, se abre el rincón de la claridad, dejando más allá la tristeza, el jardín interior florece más y más.
Dejando una luz en el camino, se observa y contempla un despertar, dejando la falsedad que afea, la soledad, en compañía se convertirá.
Dejando un profundo deseo, se advierte alegría y libertad, dejando la mano siempre abierta, más de una persona la tomará.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester |