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De: piroski34 (Mensaje original) |
Enviado: 13/10/2020 23:19 |
Y que importa el ayer
si tú no estás a mi lado
y tu presencia no logro
olvidar...
Tú esencia permanece
en cada recoveco de las
habitaciones y sombras
que acompañan mi
soledad...
Tus palabras las llevo
en la memoria que
acompaña mi dolor...
Y siempre quedará tu
recuerdo, de todo lo
que hemos vivido.
Eso, nadie nos lo puede
quitar...
Y no importa si en el ayer
tu no estás, si estás en el
presente será suficiente
tal vez la vida...
nos lo pueda regalar.
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De: Alicia |
Enviado: 19/10/2020 20:43 |
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Quiero contar mi libertad
Ilimitada
De mi mente y mi cuerpo,
Quiero que la minuteros del olvido
Te traigan a mí,
Que un beso llene tu alma en tinieblas,
Que una frase de amor resplandezca tu alma
Que las manecillas del reloj nunca dejen de latir,
Reflejadas en mi alma,
Quiero delirar tu Aura
Entrar por tus poros
Y salir por tu aliento,
Arrollando un océano de alegrías,
Miles de sonrisas,
Reflejadas a las mías,
Sin forzar tus caricias, tu mirada o tu sonrisa
Natural
Con ganas de vivir,
Con fuerza bendita
Entre miles de poemas renace la ilusión
De amar, vivir
Lo inimaginable
El poder del amor
Es más grande que la Tierra
Es más grande que una mirada,
Llena de paz a un corazón,
Resplandece lo imposible
Haciendo realidad lo inverosímil…
Nery Roman
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El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme
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EUROPA PRESS - Archivo
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Aceituneros
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos, decidme en el alma ¿quién
quién amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
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De: Alicia |
Enviado: 29/10/2020 19:01 |
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Lengua
Cada palabra que hablas me acaricia
con el tacto invisible de una mano
inquisitiva y suave, de artesano
moldeando la arcilla con pericia.
Y si no hablas palabras, qué delicia
tan comunicativa, de escribano
resbalando en la piel, tacto profano,
deslizamiento de húmeda impudicia.
Ambas revelaciones me transmiten
idéntico mensaje, y me repiten
en formas varias cuanto sé o intuyo.
Mas prefiero escucharlo de tu boca,
ya en sonido ya en rasgos; me provoca
tu comunicación, y hacia ti fluyo.
de la Red
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Escribir sobre lo que nos ocurre es volcar en un papel una parte de nosotros que si no la soltamos se enquista y nos daña de manera tal que perfora nuestro espíritu, y hace que uno se ahogue en ese agujero interior.
Podemos hacer que fluyan y vivir mejor.
Hablar solos, escribir, o dibujar lo que sentimos. Sacar de nosotros ese peso que muchas veces nos resulta insoportable..
Podemos estar tristes en un momento de nuestras vidas... Tristes ante un fracaso, ante un despido, ante una ruptura sentimental, ante una enfermedad que nos diagnostican...
Podemos sentirnos a la deriva... solos...
Podemos sentir desesperación, extrañar, pensar en demasía y no saber bien para dónde ir...
Podemos sentir rabia, ira, bronca...
Podemos sentir que el dolor es tal que no encontramos una manera de aplacarlo...
Emociones, que pasan de la risa al llanto, de la alegrìa a la tristeza, del amor al desamor...
Todas están en nosotros, algunas nos ayudan, otras nos hacen daño y estas últimas son las que nos preocupan...
Por eso hablemos de ellas, escribamos sobre lo que sentimos, dejemos que salgan y de esa forma lentamente, poco a poco empezaremos a sanarnos y a sentirnos en paz.
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POEMA DE UN PERRO.
Yo soy el que te espera...
Tu coche tiene un sonido especial y puedo reconocerlo entre mil.
Tus pasos tienen un timbre mágico, son música para mí.
Tu voz es el mayor signo de mi tiempo feliz y, a veces, no es necesario mencionar: oigo tu tristeza.
Si veo tu alegría, me hace feliz!
No sé lo que es olor bueno o malo, solo sé que tu aroma es el mejor.
De algunas presencias a veces me gusta. Otras, no tanto.
Pero tu presencia es lo que mueve mis sentidos.
Tu despierto, me despierta.
Tu durmiendo eres mi Dios, reposando en casa, y yo cuido tu sueño.
Tu mirada es un rayo de luz, cuando me doy cuenta de tu despertar...
Sus manos sobre mí, tienen la ligereza de la paz.
Y, cuando Tu sales, todo está vacío otra vez...
Y vuelvo a esperarte siempre y siempre...
Por el sonido de tu coche;
Por tus pasos;
Por tu voz;
Por tu estado siempre inconstante del humor;
Por tu olor;
Por tu reposo bajo mi vigília;
Por tus ojos;
Por tus manos.
Y soy feliz asi.
Yo soy el que te espera:
_¡Soy tu perro!!!
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