Al igual que los milagros, la amistad no se produce todos los días.
Es algo difícil de encontrar, y aún más difícil de conservar
Pero cuando encontramos a ese alguien especial en nuestras vidas,
nuestra travesía en el tiempo, se transforma en algo mucho más llevadero.
Tú y yo, hemos resultado bendecidas con el don de la amistad.
En nuestras vidas, muchas son las cosas que pueden ir y venir, y algunas serán
tan efímeras como castillos de arena en la playa.
Pero al igual que en el océano, nuestra amistad, es la base y raíz, de quienes somos,
y quienes debemos ser.
Ojalá que tú y yo, sigamos unidas para siempre por el sencillo hecho de saber
lo que significa entregarse una a la otra, y por la paz que nos proporciona
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(Desconozco el autor)