Somos maestros, pero muchas veces olvidamos como hacerlo ó peor aún nos creemos víctimas de la vida, que nuestros maestros son dictadores, tiranos, y en realidad solo deseamos ser tratados con demaciada bondad ante cualquier error nuestro.
Con el tiempo nos damos cuenta que nuestro profesor más duro, fue el que más nos enseño lo mejor de la vida y gratis.
Entonces no nos rebelemos a las correcciones, solo escuchemos atentamente.
|