Pasión significa un estado de fiebre biológica —tienes calor y estás casi poseído por energías biológicas, inconscientes—, y ya no eres tu propio maestro, sino solo un esclavo.
Compasión significa que has trascendido la biología, que has trascendido la fisiología. Ya no eres un esclavo y te has convertido en maestro.
Ahora actúas conscientemente. Las fuerzas inconscientes ya no te dirigen, no tiran de ti ni te empujan; eres capaz de decidir qué quieres hacer con tu energía. Eres totalmente libre. Entonces, la misma energía que se convierte en pasión se transforma en compasión. La pasión es placer y la compasión es amor. La pasión es deseo y la compasión es ausencia de deseo. La pasión es avaricia y la compasión es compartir.
La pasión quiere utilizar al otro como si fuese un medio y la compasión respeta al otro como un fin en sí mismo. La pasión te mantiene atado al suelo, al barro, y nunca te conviertes en una flor de loto. La compasión te vuelve una flor de loto. Empiezas a ascender sobre el lodazal de los deseos, la avaricia y el enfado. La compasión es una transformación de tus energías.
Normalmente estás dispersado, fragmentado. Parte de la energía está siendo absorbida por tu enfado, otra parte está siendo absorbida por tu avaricia, otra parte está siendo absorbida por el placer y así sucesivamente. Y hay tantos deseos rondándote que te quedas sin energía y te quedas descargado, vacío.
Recuerda que William Blake —hay mucha sabiduría en esto— dice: «La energía esgozo». Pero ya no te queda energía, toda tu energía se ha ido por el desagüe. En el momento que dejas de perder toda esa energía, esta empieza a rellenar tu lago interno, tu ser interno, y te llenas. Surge en ti un profundo gozo. Cuando empiezas a rebosar energía te conviertes en un buda y descubres una fuente inagotable.
Y solo cuando seas un buda podrás experimentar qué es la compasión. Es un amor fresco —pero atención, no frío—, un amor fresco. Es un compartir tu alegría con toda la existencia. Te conviertes en una bendición para ti mismo y para toda la existencia. Eso es la compasión.