Kwan Yin
Principio Cósmico:
Entregarse al flujo de la vida, Felicidad.
El flujo de la vida es el Amor. El Amor es la única fuerza que nos mantiene en la vida. Sin Amor nuestra vida seria desconsoladora, pálida y triste. Nos iríamos muriendo poco a poco. Kwan Yin actúa a través del rayo color de coral y conecta el chakra del corazón con los tres chakras inferiores, relacionados más bien con las experiencias a nivel terrenal, y favorece así la capacidad de dar y recibir Amor. Kwan Yin conecta el cielo con la Tierra y nos hace el regalo de experimentar la felicidad también en nuestra existencia física.
Kwan Yin custodia el templo del Amor preservando el conocimiento acerca de la unidad del cielo y la Tierra. Kwan Yin también nos conduce hacia nuestro verdadero amante, ya que ahí se revela la felicidad. La felicidad es el estado en el que la voluntad divina y el acontecer terrenal se funden en una verdad. Si vivimos nuestra verdad, vivimos la cualidad divina, lo que se muestra en que nuestra vida fluye. El estancamiento y el vacio son señales de que no estamos conectados con nuestra verdad y de que vivimos en contra de nosotros mismos.
Si nuestra Tierra vuelve a conectarse con nuestro cielo, experimentaremos una transformación también en nuestra expresión sexual. La sexualidad verdaderamente sanada está relacionada con el chakra del corazón y se dirige a la experiencia de la unidad divina. Si nos dejamos llevar por el flujo de la vida, acudirá a nuestra vida todo aquello que nos lleva a la felicidad. En el flujo de la vida significa también entrega, confianza y serenidad. Confiando en que nos podemos entregar sin miedo al flujo d ela vida, porque ese es el camino de regreso al hogar, a la unidad divina, se abrirá la flor de nuestra vida y emanará en todo momento felicidad divina.
Habla Kwan Yin:
Soy la campana de la felicidad y anuncio tu dicha terrenal. A Dios le gusta ver a sus hijos felices. ¿Qué padres no desean lo mejor para sus hijos? Recibe los dones divinos y la plenitud infinita. Ingresa en el Templo de la felicidad, la casa de Dios. Si estás dispuesto a abandonar las preocupaciones en torno a tu ser y te entregas al amparo del cielo, se abrirá la puerta de la gloria. Amado, Amada, sé bienvenido/a al paraíso.
Oración de Kwan Yin:
Entro en el relicario divino de luz dorada
para contemplar la gloria de Dios
He ingresado en le Tierra, ella me recibe,
con su plenitud, el néctar de la vida
derrama su Amor sobre mí.
Diviso la luna llena,
guardo en mi corazón su imagen de plenitud.
Diviso el mar de estrellas, el infinito
que alcanza hasta el Padre divino
Y la Madre divina,
Amado, amada sobre todas las cosas.
permito que tu alma fluya en mí
para que desemboquemos en la bienaventurada corriente
de la eternidad.
Amén
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