Instrucción dada por el Puente Rosa.
Siempre, los alumnos me preguntan que es lo más importante en el camino de la Luz, lo fundamentalmente básico para conocer y practicar la Verdad con resultados positivos. También, quieren hacer conciencia de los que les ofrece mayor resistencia al avance espiritual o material. Dedico esta instrucción a responder esas interrogantes.
Lo más importante en el camino de la Luz es la absoluta honestidad consigo mismo, lo cual permite ser objetivos. Hay que reconocer, en uno mismo, la falta de alguna cualidad, fallas de carácter, la errada actitud mental de acción o de palabra, en emociones y pensamientos. Si no se es honesto consigo mismo, nunca habrá posibilidad de superar nada en el camino espiritual o material.
Los psicólogos del mundo han entendido esto y saben que el primer paso para a dar en la recuperación de cualquier apariencia de drogas, alcoholismo, trastornos de conducta es reconocer la falla que hay, con afán de rectificar y propósitos de superación. La sinceridad consigo mismo viene siendo algo muy básico: Aceptar las propias fallas, querer corregirlas. Si se excusan y autojustifican, la apariencia persistirá. Al reconocer y aceptar el error, ya tienen mucho logrado en el camino de la superación.
En el segundo paso, el ser humano se vence a sí mismo. ¿Cómo? A través de la auto corrección, la transmutación, la mentalización en positivo. Cuando un individuo reconoce sus fallas, para corregirlas luego, transmutarlas y cambiar ese patrón en positivo, se esta venciendo a sí mismo. Entonces transmuta su parte humana, la adapta, paso a paso, al patrón-luz crístico. Por eso, uno de los Ascendidos Maestros decía, cuando estaba encarnado: “Quien vence a las demás personas es fuerte, pero quien se vence a sí mismo es la misma fuerza Yo Soy en acción donde quiera que vaya, para todo lo que decida hacer”.
Resulta muy necesario vencer temores, orgullos, iras, rencores, etc, porque cualquiera de esas apariencias llega como consecuencia de no aplicar las tres cualidades o principios básicos del Yo Soy: Sabiduría, Fe o Voluntad y Amor.
Lo que opone mas resistencia al avance de los discípulos de la Luz son los prejuicios propios o ajenos. Por tal razón, el Amado Ray Sol (Saint Germain) dice en el libro de Oro: “La Persona que da a la espalda a las opiniones externas y se centra en su plan de Vida con Amor, en su Presencia Yo Soy, se encuentra ya lista para ser un adepto”.
El alumno que desea avanzar en la Luz, debe estar centrado en su corazón, en su Presencia Yo Soy, dejarse conducir por su Voz Interna. Si es discípulo de la Verdad y vive, actúa en función de complacer mentalidades personalistas, dejara de ser feliz porque quiere servir a dos amos: A las limitaciones y Patrones humanos por un lado; por el otro, a su Plan de Vida, a la Voz Interna que se expresa.
Les doy este consejo: déjense conducir por el corazón, no por la cabeza, hagan los que les dicta la Voz Interna del Yo Soy y llegara a ser la Conciencia Crística en acción. Así fue como Moisés oyó la voz que salía de la zarza ardiendo y decía: “Yo Soy el que Soy”. Sean Uds. En verdad, Yo Soy en cualquier momento de sus vidas.
Por todas las razones expuestas, podrán darse cuenta de que lo más indispensable para poder avanzar en el camino espiritual es tener la sinceridad, el valor de aceptar los propios errores, atreverse a mirarlos y reconocerlos como suyos. De esta manera, esas fallas se verán descubiertas y no podrán permanecer en forma solapada por mas tiempo ni ser proyectadas a se transmutan.
Algo similar ocurre cuando se ilumina un rincón oscuro del hogar una parte que estaba abandonada, descuidada. Si hay algún “bicho” allí, se desconcierta al recibir el impacto de la Luz, trata de huir; pero ese mismo desconcierto permite que sea liquidado por escobas y detergentes.
La Limpieza en uno mismo es importante. Con un pesado fardo sobre las espaldas, resulta muy difícil subir hacia lo alto de la Montaña, pues el peso cansa, agobia y entristece, quita fuerzas para lograr el impulso de ascenso. Es preciso ver, aceptar primero, para, posteriormente, poder rectificar y liberarse.
Lady Nada.