Los biocombustibles podrían no ser tan ecológicos como se cree, advierten investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).
Los científicos han realizado cálculos basados en la huella de carbono total de los combustibles fósiles y de los biocombustibles, que han revelado que las tecnologías de generación de estos últimos también pueden tener como resultado grandes emisiones contaminantes, si no se hacen de manera apropiada.
En el proceso de generación de biocombustibles se realizan acciones que van desde la adquisición de la biomasa a su transporte, y desde la conversión de la biomasa en biocombustibles a su combustión. Todos estos procesos requieren energía, señalan los investigadores, y esto se traduce en emisiones de dióxido de carbono.
Asimismo, el estudio ha revelado que, en función del tipo de tierra utilizada para generar los componentes de los biocombustibles (plantaciones de soja o palma, entre otras) los biocombustibles pueden llegar a suponer emisiones de dióxido de carbono hasta 10 veces mayores que las de los combustibles convencionales.
Por otro lado, los casos de cambio en la utilización de la tierra (por ejemplo, conversión de bosques en terrenos de cultivos), para poder cultivar las fuentes de biocombustibles, resultan más contaminantes que el uso de combustibles tradicionales.
El desafío del uso de biocombustibles, concluyen los científicos, radica por tanto en conseguir producirlos de manera sostenible. Una solución posible, señalan, sería generarlos a partir de cultivos de algas y Salicornia, que no requieren de suelos fértiles ni de agua dulce para crecer.