La respiración
La respiración es la más esencial de todas nuestras funciones.
Sin respirar, no podemos existir. ; instintivamente sabíais — o por experiencia — que reteniendo vuestra respi ración, de un modo u otro, podríais oír mejor .
¿no es así?
¿Os habéis fijado alguna vez en aquellos hombres forzudos que se dedican al transporte de muebles, cuando se encuentran en presencia de un objeto pesado que deb e n mover de sitio ? ¿Que hacen? De momento , lanzan una mirada de mal humor hacia el objeto que tendrán que levantar ; luego, tristemente, se frotan las manos la una contra la otra y respiran muy hondo y aguantan su respiración todo el rato que dura el levantar aquel objeto del suelo . El i nst into, la experiencia, o como queráis llamarlo, ha enseñado a aquellos hombres de las mudanzas, y de hecho a todos quienes tienen que levantar pesos, que respirar hondo primeramente aguantando la respiración, facilita su levantamiento.
Cuando un Adepto está meditando profundamente, respira tan despacio, tan débilmente, que tenemos dificultad para conocer s i es que respira, o no; y aquel los individuos que s e hacen enterrar bajo el s uelo, pueden suspender su respiración , de modo que una inspiración les dura varias horas.
La respiración — el aire — es esencial para nosotros. El aire contiene prana
El prana es algo completamente distinto. Se puede decir que existe en una dimensión diferente; pero es absolutament e necesario para el mantenimiento de l a vida porque es la energía universal del Todo. Se manifiesta en todas las cosas que nosotros somos capaces de pensar .
Y, no obstante, los hombres emplean el prana que respiran de una manera descuidada, torpe.
El prana estimula nuestros pensamientos. Un «medicante» es una persona que puede transferir su exceso de prana al paciente . El área de su concentración es el plexosolar .
Cuanto más prana hayamos conseguido atesorar , seremos más dinámicos, más vibrantes de fuerza vital, y causaremos mayor impacto en los demás.
Ante todo: ¿cómo respiráis? Existen varios sistemas, ya lo sabéis. Como ilustración de lo que expl ico , sentaos cómodamente, preferentemente en una silla de respaldo duro; mantened la esp ina dorsal bien derecha y vuest ra cabeza mirando hacia delante. .
Sistema Número Uno
haced una profunda inspiración, una larga inspiración, dejando que vuestro abdomen se hinche; pero sin hinchar vuestro pecho, ni levantar vuestros hombros. Hay que conservar pecho y hombros como estaban antes y practicar la inspiración dejando ceder hacia abajo el diafragma, de manera que sólo se hinche la parte inferior del abdomen. Esto es la «respiración baja», y si se hace como es debido, hallaréis que vuestras costillas y musculatura intercostal no se mueven. ¿Lo recordaréis? Esta «respiración baja» es el primero de todos los ejercicios.
Sistema Número Dos
.Haced una profunda inspiración, evitando que el músculo de vuestro diafragma se mueva. Esta vez , respirad con el pecho y múscul os intercostales . Haced una grande inspiración; veréis cómo se expansiona vuestro tórax; pero vuestro abdomen permanece normal, sin hincharse .
En este e jercicio, observaréis que practicáis una expansión del pecho, en lugar del abdomen. Este método se llama «respiración media». .
Sistema Número tres
Entrad ligeramente vuestro abdomen, como si intentásemos «sorberlo» con dirección al tórax. Ahora, con el abdomen encogido, practicad una inspiración profunda, levantando las espaldas y manteniendo las costillas y musculatura intercostal inmóviles hasta lo posible. Éste es un tipo de respiración completamente distinto; con é l , la parte superior de los pulmones queda bien aireada.
El Sistema Número Uno nos permite almacenar más cantidad de aire que los demás. El Número Tres resulta ser el menos eficiente de los tres y e l Número Dos ocupa una posición intermedia.
El mejor camino para respirar , es el de usar de los t res tipos. Se empieza inspirando el aire por medio de ir hinchando lentamente la parte baja del abdomen, conservando los hombros inmóviles y las c ostillas r í g idas . Después se ensancha el pecho, empleando las costillas y músculos intercostales , y a l propio tiempo se levantan los hombros y se abren hacia atrás. Con esto se llena el área entera de los pulmones y se previen en bolsas de aire corrompido en los pulmones, que causan asma, silbidos bronquiales y a menudo congestiones pulmonares. Es una cosa fácil el practicar este t ipo de respiración perfecta ; pero no debe olvidarse que la respiración es sólo la mitad de la batalla . Cuando se expulsa el aire, los hombros deben caer, las costillas apretarse y e l abdomen hacer pres ión para exprimir haci afuera el mayor volumen posible de aire viciado . Hasta que no hayamos puesto eso en claro — mientras no lleguemos a librarnos del aire viciado y llenarnos de aire fresco — no nos será posible ir más allá , obteniendo la mayor cantidad de prana que nos sea posible.
Resumén del Libro La sabiduría de los Ancianos, Lobsang Rampa
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