¿Por qué será que los mejores momentos de nuestra vida vienen inesperadamente
y aquellos que planeamos con tanto cuidado y tan anticipadamente casi siempre son un fracaso?.
Estas cosas las sentimos siempre en nuestro interior, sin que por fuera se vea nada. Nada.
Pero entonces, ¿cómo conocemos nuestras propias desilusiones?