Las Normas de la Vida son realmente simples.
No es preciso aplicarles el disfraz de los cultos místicos o de las pseudo-religiones.
Tampoco es preciso recurrir al alegato de las «revelaciones divinas». TODOS LOS SERES HUMANOS pueden tener idénticas «revelaciones» si se esfuerzan por conseguirlas.
Nadie será condenado eternamente porque haya entrado en una iglesia
sin quitarse el sombrero en lugar de hacerlo descalzo.
En las puertas de las lamaserías del Tibet puede leerse la siguiente inscripción: «Mil monjes, mil religiones».
Independientemente de las creencias de cada uno, el que convierta en su norma de conducta el precepto de «trata a los demás como tú quisieras ser tratado», será bien tratado cuando llegue el juicio Final.
Aseguran algunos que el Conocimiento Interior puede ser obtenido mediante la adhesión a un culto determinado y, naturalmente, contribuyendo sustancialmente al mantenimiento de ese culto.
Las Leyes de la Vida dicen: «Busca y encontrarás».
T. LOBSANG RAMPA
Extracto del Libro La Caverna de los Antepasados