No soy más fuerte cuando a ti me aferro, entre la angustia y la desesperanza; mas cuando voy camino del destierro, sin intención de intrigas o venganza.
Llega el momento de soltar cordaje, pulverizar argollas y cadena, blindarse el alma a base de coraje, decir adiós, y abandonar la escena.
Brevería Nº 2081
Blindaje
Se me han hecho de acero las venas, se retuercen, se contraen, se tensan, se atirantan, siguen al rojo vivo, como río de fuego que al final se endurece, mas sin fraguarse en lanzas. Forman la red compleja, o el múltiple andamiaje que mantienen enhiesta la estructura del alma. Era la sangre el vino bullicioso, rebelde, irrigador de mentes, y que al final embriaga; era el flúido rojo que huye por las heridas, líquida voz que arrulla, o conversa o proclama, atabal sobre el pecho, martilleo en las sienes, afluencia en el sexo que el surtidor prepara; y es a veces el pozo donde se hunde la vida, dejando un charco en tierra, dejando una piel pálida.
No sangraré de nuevo, quedo fortificado, y nadie, nadie, nadie, conquistará esta plaza. El esquema de huesos ya no es sostén del cuerpo, ahora tengo otra urdimbre más sólida, que aguanta los choques de la vida y el peso del hastío, la ruina del desmayo y el desplome del ansia.
He blindado las venas para que no me sangren… Voy a blindar los ojos para evitar las lágrimas.