María, cuyo nombre
es fuente de pureza
que lava la torpeza
del frágil corazón,
tu nombre será el agua
que el mio purifique
de cuanto en el radique
maligna inclinación.
MARÍA, cuyo nombre
es música más suave
que el cántico del ave
y que del agua el son,
tu nombre sea fuente
do beban su armonía
mi tosca poesía,
mi pobre inspiración.
Tu nombre sea,
cuando la eternidad se me abra,
la última palabra
que exhale al expirar.
José Zorrilla
- fragmento-
Sonrisa
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