El Hebreo Ancestral, heredado por Jacob de sus antepasados e infundido en los 12 Patriarcas, quienes lo transmitieron a sus descendientes, llegó a convertirse en la lengua de las Sagradas Escrituras, desde la transcripción del antiguo pacto en el monte Sinaí, al tercer mes de ocurrir la salida de los israelitas de Egipto (Éxodo, Caps. 19 al 24). Cual luego, pero antes de ser poseída Canaán por los fenicios y cuya lengua sobre el lenguaje semítico de estos alcanzara una relación bastante predominante, logró tener su asentamiento al sur del Río Jordán en Palestina, a partir de la llegada de las doce tribus de Israel, liderada por Josué y auspiciadas por los levitas en el santo oficio sacerdotal. Siendo dicho hebreo utilizado con posterioridad, de manera ceremonial, debido al Hebreo Mísnico o rabínico de la Misná (tradición oral de la población judía, alrededor del Siglo III a.C.), y modificado a partir del 200 d.C., por una renovación cultural, denominada “haskalá”, de modalidad escritural más flexible y fácil, con un marcado influjo aramáico en el vocabulario. Además de serle a esta fijada una nueva fórmula en las expresiones de tiempo y de tener la inserción de caracteres filosóficos y científicos, e influenciada por el árabe en los escritos ideológicos, sustrajo del griego, del latín y del persa algunos vocablos, y con nuevas formas expresivas cambió las palabras de las Sagradas Escrituras Hebreas. No obstante y a pesar de procurarse no utilizar a partir del siglo IX por algunas razones, tuvo una continuidad hasta entrado el siglo XVIII d.C. Finalmente: En 1.870 la lengua hebrea se modernizó por el Profesor Eliezer Yehuda de origen lituano, fue declarada lengua oficial del Estado de Israel en 1948, y actualmente aún del influjo de las lenguas nacionales (yiddish y la del este europeo), traídas por inmigrantes judíos, se mantiene sin mucha evolución, conteniendo 22 consonantes para su forma expresiva en compañía de vocales o signos diacríticos y escribiéndose de derecha a izquierda, a diferencia del hebreo antiguo, pues este era grabado sobre piedras de izquierda a derecha y podía tener una palabra en una letra y un párrafo en un conjunto de letras, tal cual se demuestra por ejemplo en el hecho de la abreviatura e interpretación del Nombre Divino:
IEUE “Ío seré, El que a Ustedes me ha Enviado (éxodo 3:14).”