Hermano no se asta donde hay razón en lo que les puedo decir, pero juzguemos por nosotros mismos las palabras, que tenemos escrito, de la cual como decía San pablo no hay justo ni aun uno, pues todos cometemos pecado en una u otra forma, pero no nos apartamos de ellos porque se nos hace o estamos muy a gusto con hacerlo, y lo peor que no sabemos si tengamos perdón, o que tanto es perdonable en nosotros, por lo que hacemos en nuestras obras, y es por eso que buscamos saber y encontrar consuelo y uno de nuestros consoladores es su palabra en su libro que conocemos como las escrituras, la Biblia…
Las escrituras es una lectura que nos consuela, pero para otros es las que condenan a las personas mundanas, pero…todos somos mundanos y nuestra carne no durara para siempre, ni tendrá capacidad siempre y con el tiempo haremos lo que otros digan por no tener fuerzas ni para levantarnos de donde nos encontremos sentados, es ahí de muchos viejillos alcahuetes de las personas más jóvenes cuando les dicen diviértanse, que algún día se pondrán a reflexionar como yo lo hago y sabrán diferenciar del bien y del mal que uno haga, y perdido la mitad del tiempo, tratando y la otra lamentando estar haciendo lo que uno considera uno malo, pues todos sin e sección la carne nos pide que este en bienestar…pero el espíritu nos recrimina y sufrimos lo que llamamos remordimientos de conciencia…
Por mucho que hayamos hecho Dios nos perdona, claro que si, pues muchas veces solo sucumbimos al llamado de la carne para sentirse vivos, y no amargados queriendo hacer lo que nosotros restringimos en el mismo cuerpo, acaso digo algo malo? Para que puedan decir que estoy equivocado, y que si ustedes son los equivocados en decir que estoy mal aconsejando a otros, acaso el Cristo no dice en: Mat 9: 10 Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Y cuando los fariseos le vieron, decían a sus discípulos:
-¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?
12 Al oírlo, Jesús les dijo:
-Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Id, pues, y aprended qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio. Porque yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores.
Que es tener justicia? Es hacer lo bueno o apartarse del mal, es tener el conocimiento del mundo y por ellos mismo apartarse de las practicas que pueden hacernos mas daño que bien, pero muchas veces lo podemos decir pero hacemos o tenemos el conocimiento para hacerlo, hasta comer carne prohibida por dios hacemos mal a nuestro cuerpo, no a Dios sino que ve a un cuerpo corrompido por el mal en el…
Para todos nosotros la inmundicia se encuentra en el cuerpo, para dios la salvación se encuentra en el espíritu, ahí tenemos a los ladrones que fueron rusificados con el, con solo reconocerse culpables y reconocer al Cristo como Dios borro una vida de culpa de pecado delante de su creador, cuales culpas lo que relata San Pablo en Efe. 5; en adelante…
Pero se encuentra escrito en todo el 7 de los Romanos en adelante, les pongo lo que en todos adolecemos, y los discípulos no fueron acepción…
. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido a la sujeción del pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo, pues no practico lo que quiero; al contrario, lo que aborrezco, eso hago. 16 Y ya que hago lo que no quiero, concuerdo con que la ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que mora en mí.
18 Yo sé que en mí, a saber, en mi carne, no mora el bien. Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero; sino al contrario, el mal que no quiero, eso practico. 20 Y si hago lo que yo no quiero, ya no lo llevo a cabo yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Por lo tanto, hallo esta ley: Aunque quiero hacer el bien, el mal está presente en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo en mis miembros una ley diferente que combate contra la ley de mi mente y me encadena con la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 ¡Doy gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! Así que yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios; pero con la carne, a la ley del pecado.
A caso tenemos conciencia que muchos podemos estar viviendo las mismas penalidades, que ellos sintieron en la carne, pero la carne ni el deseo en la carne no duran para siempre y hay mas que se lamentan de no a ver conocido, o mejor dicho no haber satisfecho el deseo en la carne, para estar tranquilos en el espíritu, para decir que uno todo lo a experimentado y estar presente en el conocimiento de aquel que nos llama a su gloria, no en la carne sino en lo espiritual, eso es ser hipócritas? Si el tiempo a todo lo pone en su lugar y ya cuando ya no hay odio ni hipocresías, ya apartado ese cuerpo para su creador, donde el cuerpo para nada sirve sino que solo llega a estorbar para una alma limpia, como cuando se fue niño, alcanzan a ver la grandeza de Dios según los actos en nuestras obras?
Por lo que decimos o pensamos seremos justificados o hallados inmundos,… La ley del espíritu es llegar a conocer al creador y dejar morir la carne, para ser la gloria de aquel que es glorificado y en lo escrito dice:
Tito1; 10 Porque hay aún muchos rebeldes, habladores de vanidades y engañadores, especialmente de los de la circuncisión. 11 A ellos es preciso tapar la boca, pues por ganancias deshonestas trastornan casas enteras, enseñando lo que no es debido. 12 Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: "Los humanos son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos." 13 Este testimonio es cierto. Por tanto, repréndeles severamente para que sean sanos en la fe, 14 no atendiendo a fábulas judaicas ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
15 Para los que son puros, todas las cosas son puras; pero para los impuros e incrédulos nada es puro, pues hasta sus mentes y sus conciencias están corrompidas. 16 Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son abominables, desobedientes y reprobados para toda buena obra.
La sana doctrina y la vida