EL MESÍAS Y LAS ADVERSIDADES EN SU CONTRA
Introducción:
En el siglo primero de nuestra Era Cristiana (E.C), siendo la época del dominio romano sobre Israel, bajo el imperio de Tiberio César, Poncio Pilatos gobernador de Judea y Herodes el Tetrarca reinando en Galilea, empezaron las adversidades contra Cristo (el Mesías), tanto de respetadas personalidades como de quienes integraban alguna tendencia religiosa, que aún de los principales sacerdotes, ancianos del pueblo, escribas e intérpretes de la ley, también de fariseos y saduceos. Todos acérrimos opositores de IESUE (Jesús), porque con su modesta condición social, él les anunciaba las Nuevas Buenas de Salvación, obraba milagros y en ocasiones cuestionaba la extraviada gestión del orden viejo religioso, por la mala conducta de ellos. El fin sería su muerte; y en los actuales momentos de traer a cuenta si contra él existen adversidades, hoy en día se manifiestan muchos opositores, con todo tipo de mentiras y calumnias, para decir que IESUE (Jesús) no es el Mesías, y rechazar su poderosa y admirable Divinidad.
Principio de adversidad contra Cristo (el Mesías)
La primera adversidad en rechazo a IESUE (Jesús) por parte de ellos, fue cuando al dársele a leer el libro del Profeta Isaías en una sinagoga situada en Nazaret, lo abrió y lo leyó en la parte donde estaba escrito el presente anuncio profético: “El Espíritu de IEUE está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año aceptable a IEUE (Is. 61.1-2).” Y finalizando con esto aconteció al decir entre otras alusiones del cumplimiento de dicho anuncio delante de los presentes, que casi le costó la vida momento en el cual sacado de Nazaret, lo iban a derrumbar desde el mismo monte sobre se encontraba edificada esta ciudad (Lc. 4.16-29).
Aumento de adversidad contra
Jesucristo, para difamarlo y provocarle la muerte
En la escritura del Nuevo Testamento elaborado por el discipulado de Jesucristo a toda la humanidad, se ha podido deducir una memoria histórica mediante sabemos que por motivos de la predicación del Santo Evangelio y la ejecución de algunos de los siguientes milagros: “restaurar en salud a muchos paralíticos, echar fuera demonios, impedir el flujo de sangre, eliminar deformaciones corporales, devolver la vista a decenas de ciegos, sanar a leprosos, quitar la fiebre, hacer hablar a los mudos y resucitar algunos de entre los muertos”, a Jesucristo le sobrevino un aumento de adversidad por parte de los escribanos, fariseos, saduceos, doctores de la ley y de los principales sacerdotes del Templo, luego de la conspiración convenida en su contra (Mc. 1:14-15; 2.3-12; 3.22-27; 5.25-34; Lc. 13.10-17; Mt. 9.32-34; y Jn. 11.28-44).
Dentro de esa conspiración, cuando aún de encresparse ellos por oír a IESUE (Jesús) el cuestionamiento a la extraviada gestión del orden viejo religioso, estuvo el complot de querer verlo caer en tentaciones, y el acuerdo de causarle la muerte mediante el plan orquestado de sobornar a Judas Iscariote con 30 piezas de plata, y la aplicación de la premeditada actuación de los principales sacerdotes (Caifás y Anás), ante las autoridades romanas, luego de que en un concilio lo habían acusado, golpeado y condenado. Como contra él en principio, vieron que ante Poncio Pilatos no les sirvió de nada el pretexto de la violación del día de reposo, utilizaron la excusa de haberlo escuchado decir ser el Cristo un Rey, y la mentira de estar incidiendo en el pueblo para no pagar los tributos al Cesar. Y por última instancia, siendo Cristo remitido a la Jurisdicción de Herodes el Tetrarca, sin este emitirle ninguna condenación a muerte, pero devolviéndolo muy pronto terminara de despreciarlo y escarnecerlo en presencia de los principales sacerdotes, la situación se le tornó difícil al Gobernador de Judea “Poncio Pilatos”, puesto quien sabiendo su inocencia y que por intriga se lo habían entregado, no le quedó otra opción para intentar salvarle la vida, que anunciando públicamente la liberación de un reo en el día de la pascua, finalmente muchos del pueblo pidieron a gritos que lo crucificaran y soltasen a Barrabás, preso por sedición y homicidio (Mc. 2:6-12; 3:1-6; 12.13-17; 3:1-6; Jn. 11.46-57; Mt. 26.14-16; 26:57-68; y Lc. 23:1-25).
Problemas actuales contra el Mesías:
Los problemas actuales contra IESUE (Jesús), además del rechazo a su poderosa y admirable Divinidad, son las diversas calumnias y mentiras para desconocer de que es el Mesías; y por tanto se pueden ver a diario publicaciones de querellantes, hipócritas, detractores y burladores en foros, blog y web con la tergiversación de algunos textos de la Torá, de la Tanaj y del Nuevo Testamento, en las que hay distorsión o alteración de profecías cumplidas acerca del Mesías (el Cristo), con la mala intención de hacer creer que relacionadas a otros personajes sucedieron en diferentes tiempos dentro del Territorio de Israel.
Hoy en día a semejanza del pasado, es inaceptable tanta maldad, odio, rechazo, descalificación y desprecio contra nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, tan sólo por no creer algunos en él, o porque en la condición de hombre anunció las buenas nuevas, hizo milagros en beneficio del pueblo y murió crucificado por la salvación de los pecadores.
Conclusión:
A pesar de los inconvenientes pernotados a diario contra Cristo (el Mesías), hoy en día se puede hallar en similares circunstancias al tiempo de la iglesia primitiva, mucho pueblo cual lejos de tener como soporte los escritos de falsos maestros y alteradores de la Santa Palabra de Dios, en él siguen creyendo, lo defienden y lo esperan, asidos de la promesa de su segunda venida, la resurrección de los muertos y la vida eterna, con el fin de vivir en la Nueva Jerusalén, destinada a descender muy pronto como una esposa ataviada para su marido.