Pero esto no lo alcanzan a comprender muchos, es como decir que nuestro cuerpo encierra energía pura, o que somos pura energía, y que si se altera nuestra energía se altera el cuerpo entero en la presión del cuerpo, sea en baja o alta de la presión de nuestra energía, son como aquellos que nunca están de acuerdo en lo que dicen los demás, sin que tengan un razonamiento lógico de las cosas, pero buscan llegar a querer entender y no darse cuenta de porque esa ansiedad de buscar y contradecir, lo que otros han encontrado y lo hacen su verdad…
La vida misma nos pondrá siempre al lado del camino correcto, aunque no lo entendamos, el tiempo y las circunstancia ara que el hombre cambie su manera de pensar…
El buscador de la Verdad
Cuentan que un Buscador de la Verdad salió en cierta ocasión a los caminos del mundo.
Y allí, en el gran cruce del mundo, interrogó a sus hermanos:
-Díganme, ¿cuál es la verdad?
-Busca la filosofía, respondieron los filósofos.
-No, argumentaron los políticos.
La verdad está en el servicio. –
Entra a las catedrales, le aseguraron los clérigos. –
Sin duda, la verdad es la sabiduría, declararon los sabios.
-Renuncia a todo, esgrimieron los ascetas. –
Contempla y ensalza las maravillas del Señor, le anunciaron los místicos.
-Acata y cumple las leyes, señalaron los gobernantes.
-Conócete a ti mismo, cantaron los guardianes del esoterismo.
-La verdad está en los números sagrados, dedujeron los cabalistas.
-Vive los placeres, aconsejaron los epicúreos. –
Únete a nosotros, le gritaron los revolucionarios. –
La verdad es un mito, respondieron los escépticos. –
Vive y deja vivir, clamaron los existencialistas. –
El pasado es la única verdad, lamentaron los nostálgicos.
Confundido aquel humano se dejó caer sobre el polvo del camino, mientras aquella multitud se alejaba cantando y reivindicando "su" verdad.
En eso acertó a pasar junto al hombre un venerable anciano que portaba un refulgente diamante.
-¿Quién eres?, preguntó el derrotado Buscador de la Verdad.
Y el anciano, mostrándole el diamante, contestó: -SOY EL GUARDIÁN DE LA VERDAD. –
¿La Verdad? ¿Es que existe?
El anciano sonrió y aproximando la gema al rostro del humano, replicó: -
La VERDAD, como este tesoro, tiene mil caras.
A cada uno corresponde averiguar cuál le toca.
La verdad es lo que con el paso del tiempo nunca cambia, eso es la verdad....
PUREZA QUE SE CULTIVA
Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e
incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están
corrompidas. (Tito 1:15).
Saludos