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General: LA IGLESIA DE CRISTO VERSUS LA IGLESIA DEL CREDO TRINO
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De: GOYOBRITO  (Mensaje original) Enviado: 24/08/2018 19:17

LA IGLESIA DE CRISTO VERSUS LA IGLESIA DEL CREDO TRINO

   Antes de originarse la iglesia de Cristo, no solo se antecedió el anuncio angelical por parte del Ser Divino, del hijo que María daría a luz, a ser llamado su nombre IESUE (Jesú), con el que el pueblo sería salvado de los pecados, sino también que todos los que le recibieron y creen en su nombre, se les dio la potestad de ser hechos hijos de Elohei “Dios” (Mt. 1:21; y Jn. 1:12); y a poco después que el Mesías iniciara la predicación de las buenas nuevas de salvación, le hizo el llamado primeramente en Genesaret, a cuatro pescadores, y en otro lugar, a un cobrador de impuestos de nombre Leví, a quienes juntamente con otros siete escogidos, les hizo la designación de apóstoles estando en el monte de los olivos de Jerusalén, para un total de 12 que fueron elegidos entre otros discípulos (Mt. 1:21; Lc. 5.1-11, 27; y 6:12-16). A cuyos 12 los encomendó, a predicar solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel, con la potestad de sanar enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos, echar fuera demonios, sin proveerse entre otras cosas, de oro, de plata y de cobre en sus cintos (Mt. 10:1-10). Además, Cristo al ir en crecida su iglesia, también designó a otros 70 discípulos, para que de dos en dos fuesen delante de él a toda ciudad y lugar, a donde había de ir, sin que ellos llevasen bolsa, ni alforja ni calzado, y tampoco saludaran a nadie en el camino, y en cualquier casa donde los recibieran, comieran y bebieran lo que en mesa les pusieran, ya que el obrero es digno de su salario, pero que no fueran de casa en casa. Asimismo lo hicieran en cualquier ciudad donde entraran, y aún sanaran a los enfermos (Lc. 10:1-9).

   Luego de la muerte y resurrección de Jesucristo, él se aparece a más de 500 hermanos a la vez, y a algunos les abre el entendimiento para que comprendiesen las escrituras, a fin de que supiesen que ello era necesario, según la ley, los salmos y los profetas, y que se predicase en su nombre, el arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén; y además de decirles de serles  testigos de esas cosas, allí derramaría sobre ellos su Espíritu, que es lo que había profetizado mediante sus profetas (1 Co. 15:6; Is. 32:15; Ez. 36:27; 37:14; 39:29; Lc. 24:44-49; y Joel 2:27-29).

   En Jerusalén recibirían ellos pues su Espíritu, y desde allí comenzaría la predicación del arrepentimiento y el perdón de los pecados en el Nombre de Jesucristo, en todas las naciones del mundo (Lc. 24:47-49). Lo cual así ocurrió, ya que Jesucristo a derramarle desde lo alto su Espíritu a 170 de sus discípulos que se encontraban en Aposento Alto, comenzaron a hablar en otras lenguas, según lo que él les diese que hablasen (Slm. 68:18; Hch. 1:12-15; 2:1-21, 33; y Ef. 4:7-12); y por esto luego aconteció, un grande crecimiento de la iglesia de Cristo, porque se convirtieron como tres mil (3.000) personas, al escuchar el discurso del Apóstol Pedro, quien puesto de pies con los otros once apóstoles, entre otras cosas les dijo, que se arrepintieran y se bautizase cada uno en el Nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados, y recibirían el don del Espíritu Santo (Hch. 2:14-41). Otro hecho notorio que acrecentó más a la iglesia de Cristo, fue cuando con ocasión de la sanidad de Juan el cojo, Pedro en compañía del Apóstol Juan, al dar su segundo discurso en el pórtico de Salomón, para enseñar al pueblo, se convirtieron como unos cinco mil (5.000) hombres; y que a pesar de que fue arrestado e intimado junto al otro Apóstol, para que de ninguna manera hablasen ni enseñasen en el Nombre de IESUE, no declinaron en esto, mostrando gran valentía en sus respuestas ante los adversarios del Señor (Hch. 3:1-26; y 4:1-26).

    Así que Habiendo desde el inicio: “El hijo que María daría a luz, al cual el ángel Gabriel dijo que se llamaría su nombre IESUE (Jesú), porque él salvaría al pueblo de sus pecados; La potestad de ser hechos hijos de Elohei (Dios) a los que le recibieron y creen en su Nombre, ya que no son engendrados de carne ni de sangre sino de Elohei (Dios); El mandamiento por él dado a sus discípulos de predicar en su Nombre el arrepentimiento y perdón de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén; y el crecimiento progresivo de la iglesia de Cristo”, ya ella estaba con todo esto cimentada en su Nombre, a tal grado que lo dicho por el Apóstol Pedro en Hechos 2:38, con relación a Lucas 24:47, tiene que ver con el Nombre de Jesucristo, para el arrepentimiento, bautismo y perdón de los pecados. En todo esto está aparejado el nacimiento en el Espíritu y en el agua junto a la sangre, como los tres testigos que dan testimonio en la tierra en el Nombre de Jesucristo, ya que no hay otro nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos, y porque todo lo que se haga de hecho y de palabra, hacerlo todo en el Nombre del Señor IESUE “Jesú” (Jn. 3:3-16; 1 Jn. 5:8; Hch. 4.12; y Col. 3:17). Solo Cristo es el fundamento de los profetas y de los apóstoles, quien es la piedra del ángulo, en donde el edificio bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien somos juntamente edificados para su morada (Ef. 2:20-22).

   Solamente Jesucristo, es la piedra que desecharon los edificadores, y la que ha venido a ser cabeza de esquina, y quien caiga sobre ella será quebrantado, y sobre quien ella cayere, le desmenuzará, él es la Roca donde debe estar edificada su Iglesia, ya que de lo contrario, todo el que no edifique sobre él, es comparado como el hombre que al edificar su casa sobre la arena, vendrán ríos y tempestades, y darán con ímpetu contra ella, y la derribarán (Slm. 118:22; Is. 8.14; Mt. 7.24-27; 21.42-44; Mc. 12:10; Lc. 6.46-49; 20:18; Ro. 9:33; 1 Pd. 2:6-8; Dn. 2:34). De este modo acontecerá en el tiempo del castigo divino, contra todos los que no habiendo edificado sobre Cristo, han edificado sobre la trinidad, que es donde se fundamenta la iglesia del credo trino, surgida de las ideas o teorías de los hombres platónicos y socrateístas, cuando procurando entre mezclar lo que escribieron los discípulos del Divino Maestro, con conceptualizaciones filosóficas del mundo pagano, suscitaron la adulteración del Nuevo Testamento, a Cuatro siglos más tarde de la manifestación de Jesucristo al pueblo hebreo. Deviniendo desde Constantino a Teodosio Augusto, Graciano y Valentiniano, el sostenimiento y fortalecimiento de la iglesia Católica y su credo de la trinidad, mediante una serie de edictos y concilios, con los que finalmente quedaron oficializadas en el campo de lo político y establecidas en el ámbito de lo religioso, bajo la pena de muerte para quienes no se sometieran a ello. Entre esos edictos y concilios, se cuentan al menos cuatro: 1) El edicto de Tolerancia (311 d.C.), emitido por Galerio, mediante se dio libertad de culto, pero los cristianos fueron perseguidos esporádicamente; El edicto de Milán (313 d.C.), promulgado por Constantino y Licinio, para prohibir la persecución a los cristianos, y se les devolvería sus lugares de reunión, cementerios y otras propiedades confiscadas; 2) El concilio ecuménico de Nicea (325 d.C.), convocado por Constantino, emperador de Roma, en el que se estableció el primer credo trino de la católica y se condenó al presbítero Arrio; 3) El edicto Cuncto Populos de Tesalónica en Constantinopla (380 d.C.), promulgado por Teodosio Augusto, Graciano y Valentiniano, con el que se oficializó a la iglesia católica y fue establecido su credo trino para todo el imperio romano, bajo pena de muerte; y 4) El concilio ecuménico de Constantinopla (381 d.C.), donde entre otras cosas, se reformuló el credo niceno, para darle deidad al Espíritu Santo, quien procede tanto del Padre como del Hijo.

      Aunque a pesar de que la iglesia católica tuvo su revés en tiempo de Martín Lutero (1517-1520 d.C.), no fue afectada en su credo trino, ya que él se versó más que todo en contra de las indulgencias, de las imágenes beatas y de la prohibición del casamiento de los sacerdotes mediante el celibato, manteniendo la misma doctrina trina, que no es otra que estar cimentada o fundamentada sobre la santísima trinidad, y no sobre Cristo; y así se expandió desde Alemania hacia otros países, que hoy en día son varias las iglesias protestantes en Australia, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza, y Unión Sudafricana, que son consideradas por  la iglesia de Cristo, como las hijas de la gran ramera. Entre ello ocurría, la iglesia del credo trino, llegó a la América Latina, cuando Cristóbal Colón hizo el descubrimiento de la existencia del nuevo continente o del nuevo mundo, sometiendo a los indígenas a fuego, sangre y muerte, y a quienes les destruyeron sus creencias ancestrales, y les impusieron el catolicismo enmarcado dentro de la trinidad y la adoración de las imágenes beatas. A esto se agrega mucho más tarde desde la década de los noventas, los creadores de denominaciones evangélicas en América Central y América Latina, que compartiendo la misma creencia trina, hicieron tienda aparte de la iglesia de Cristo, porque esta tiene basada su creencia en Jesucristo y no en trinidad.

   La iglesia del credo trino, considerada por la iglesia de Cristo como la mujer sentada sobre la bestia escarlata, ha de caer en el día del juicio que Dios le emitirá, cuando sobre ella recaiga como una tempestad y un creciente río de fuego, y sea consumida, pues merece que se le dé tormento, llanto y muerte, por todo lo que le hicieron a los de la iglesia de Cristo, desde que el dragón lleno de ira, comenzó a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, a los que guardan los mandamientos de Elohei (Dios) y tienen el testimonio de Jesucristo (Ap. 17:1-18; 18:1-24; 19:1-9; y12:17).

   Finalmente, la iglesia de Cristo de haber ya caído la iglesia del credo trino, será exalta y ataviada como una esposa para su marido, cuando lleguen las bodas del Cordero, y será asentada sobre la nueva tierra como la nueva Jerusalén, en donde todos los inscritos en el libro de la vida vivirán en ella eternamente, no teniendo necesidad de sol ni de luna, ya que el mismo Ser Divino, será su lumbrera con todo su fulgor.



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