GRAN TRIBULACIÓN Y VENIDA VISIBLE DE JESUCRISTO A LA TIERRA:
La Gran Tribulación a la que alude el Nuevo Testamento, se puede definir como un cúmulo de malos escenarios, a suceder en las épocas del fin contra los seres humanos y el espíritu maligno, conforme a lo presagiado por el Cristo Soberano a todos sus discípulos.
De igual forma a definirse, como el castigo o la ira que Dios vierte y consume sobre los moradores de la tierra y en contra de la antigua serpiente, llamada también diablo o Satanás, al ser desatados por el Cordero de Dios, los 7 sellos del libro escrito por dentro y por fuera.
Tales escenarios se encuentran muy bien descritos en Lucas 21 y en Mateo 24, con todos los pormenores previstos por el Señor Jesucristo; y en los que con relación al Apocalipsis 1:7, está develada la venida de IESUE (Jesús), a la vista de toda la humanidad. No obstante y en lo tocante, es que aún de los falsos cristos y los falsos profetas, se halla además del ruego de Pablo a los tesalonicenses, para que los hermanos no se dejen engañar fácilmente en cuanto a la venida del Señor Jesucristo, lo revelado en Apocalipsis 7:9-15, con respecto a la gran multitud de ella salida que Juan vio y no podía contar de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, en pie delante del trono y en la presencia del Cordero. Todos vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos, porque han emblanquecido sus ropas en la Sangre del Cordero, y le sirven a Dios de día y de noche en su Templo. Esta multitud será salida de la gran tribulación, momento cuando Jesucristo haya venido y envíe a sus ángeles, a juntar a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro, para luego consumar su venganza contra todos sus enemigos (Mt. 24:31; e Is. 63:1-6; y Ap. 19:17-21).
Acontecimientos antes de la venida visible de Jesucristo a la Tierra:
En Lucas 21:25-27, está predicho los siguientes acontecimientos, para luego ocurrir la venida visible de Jesucristo a la tierra:
“25Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27Entonces verán al hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.”
Después de la tribulación:
Otro tanto que en el cumplimiento del Nuevo Testamento, es el Capítulo 24 del Evangelio Según San Mateo, donde además de las predicciones de Jesucristo a ser acontecidas antes de su venida visible a la tierra, se encuentran las que sucederán después de la tribulación diciendo:
“29E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo; y lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria, 31y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
El ruego de Pablo en cuanto al día de la venida de JESUCRISTO y acerca de la manifestación del anticristo:
En la II Epístola del Apóstol Pablo a los Tesalonicenses, Capítulo 2, Versículos 1 al 4,está lo que con respecto a la venida de Cristo y nuestra reunión con él, un ruego a los hermanos, para que no se dejen mover fácilmente del modo que tienen de pensar, ni confundirse, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta, como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor esté cerca; y que aún nadie os engañe en ninguna manera, por qué Jesucristo no vendrá, sin que antes venga la Apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. Y en el versículo 8 de esta misma epístola, también el Apóstol Pablo le escribió a los tesalonicenses lo que así ha de ocurrir: “El señor matará al hijo de pecado (Anticristo) con el espíritu de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida”. Esto pues es una más de otras claras evidencias, para determinar que la segunda venida de Cristo en forma visible a la tierra, será a posterior de la manifestación del hijo de pecado o del anticristo y no antes como enseñan algunos predicadores. Por tanto no se puede pasar por alto, lo que a seguida se comenta predijo Cristo en el mismo Mateo 24, acerca de los falsos cristos y falsos profetas:
“23Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo. O mirad, allí está, no lo creáis. 24Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuese posible, aún a los escogidos. 25Ya os lo he dicho antes. 26Así que, si os dijeren: Mirad estad en el desierto, no salgáis; o mirad está en los aposentos, no lo creáis. 27Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del hijo del hombre”.
La multitud salida de la gran tribulación:
Venido Jesucristo a la vista de todo ojo y enviando a sus ángeles a los cuatro puntos cardinales de la tierra, acontecerá que de la gran tribulación por causa de la presencia del anticristo, las plagas caídas sobre la tierra, la conmoción de las potencias de los cielos y la venganza a ser consumada de parte del Señor en contra de sus enemigos, ha de salir una multitud incontable, de toda tribu, lengua y nación. La cual estará vestida de blanco ante el trono de Dios y del Cordero, con palmas en las manos (Mt. 24:29-31; Ap. 1:7; 7:9;14:11-17; 15:1; 19:17-21, e Is. 63:1-6). Pues ha lavado sus ropas con la Sangre del Cordero, y tendrá el privilegio de poder servir a Dios de día y de noche en su Templo (Ap. 7:14-15). Ya no tendrá hambre ni sed, y el sol no le caerá más, ni calor alguno, porque el mismo cordero la pastoreará, y la guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios le enjugará toda lágrima de los ojos (Ap. 7:16-17).
Final:
De ser ya desatados por el Cordero inmaculado, todos los siete sellos del libro escrito por dentro y por fuera, como consecuencia de haber el hijo de pecado colmar la paciencia y suscitar sobre los moradores de la tierra, la consumación de la terrible ira de Dios, acaecerá un evento bastante transcendental, ya que llegará el año de los redimidos de ser rescatados por IESUE “Jesús”. (Ap. 14.9-10, 15:1; 16:1; 19:13-21; e Isaías 63).
Así que todos esos acontecimientos por ocurrir, antes y al instante de la venida visible de Jesucristo a la tierra, son ineludibles de que sucedan, porque en cumplimiento de Mateo 24 y de otros textos de la Sagradas Escrituras, ello sobrevendrá a toda la humanidad, aun estando sus elegidos sufriendo la tribulación, el perseguimiento, la prisión y los asesinatos por el imperio maligno del anticristo; y que antes y durante se predicará el Evangelio Santo y Eterno en testimonio a todas las naciones, para luego venir el momento de Dios realizar el final del sistema mundial. Por cuanto en lo adelante y sin ninguna demora, él ha de hacer nuevas todas las cosas (Mt. 24:14; Ap. 14:6-7; 20:11-15; y 21:1-27).
De modo que además del inevitable sufrimiento, la persecución, el encarcelamiento, la tribulación y la muerte de algunos cristianos por parte de muchos y del Anticristo, se efectuará la primera resurrección, el levantamiento de los elegidos, la consumación de la ira de Dios, el juicio ante el gran trono blanco y el espantoso pago a todos los malvados (Lc. 11:49-51; y 21:12-19; 2ª de Tim. 3:12; Hch. 8:1-4; Ap. 12:13-17; 12:17; y 20).
Definitivamente, es que en todos esos pasajes bíblicos del Nuevo Testamento, y en donde aún la observancia del horrendo castigo de los inicuos, se pueden entrever los padecimientos y las muertes por causa del testimonio de IESUE (Jesús), y por causa de la palabra de Eloah (Dios), puesto que muchos hermanos valientes no se dejarán marcar con el sello de la bestia, ni la adorarán a ella, ni a su maléfica y repugnante imagen; y por lo tanto serán tenidos como dignos de reinar con Cristo 1000 años (Ap. 20:4).