Análisis y conclusión de Juan 3:31-36; y 6:33-69:
Los capítulos 3:31-36 y 6:33-69 del Apóstol Juan, están versados en las palabras comparativas e incomprensibles de IESUE (Él Cristo), por tanto es un conocimiento que sobrepasa la mente humana porque vino desde arriba.
En esos capítulos se observa a los que oyendo pero viendo a Jesucristo como un hombre común y corriente, no querían creer que en cuanto al velo de carne {era el Hijo de Dios}, y no entendieron que era su Espíritu quien había descendido del cielo. Les era inaceptable creer que por su condición humana venía de las alturas. En sus mentes carnales les era ilógico creer que si IESUE (Él Cristo) era el hijo del carpintero y de maría, ¿cómo es que entonces había podido descender del cielo?, y que a diferencia del maná, ¿él si era el pan verdadero?
En ellos no hubo comprensión, de que a diferencia del maná quienes lo comieron murieron, con él como verdadero pan descendido del cielo no morirían, pues se trataba de que mediante su sacrificio vivo en la cruz y su posterior resurrección, era de darles redención, salvación y vida eterna a todos los creyentes.
No entendieron la metáfora de comer la carne y beber la sangre de Cristo, pues era necesario de que simbolizando al cordero de la pascua, su cuerpo fuera sacrificado y su sangre en sustitución del vino, aún fuera derramada. Le fue también dura esta situación a sus seguidores para llegarla aceptar, de que cuando en parábola les dijo que tenían que comer su carne y beber su sangre para tener la vida eterna, muchos de sus discípulos se volvieron atrás. No obstante con él se mantuvieron algunos discípulos, que de entre los cuales el más sobresaliente fue Pedro, quien luego de preguntarle el Señor IESUE ¿que si se querían ir ellos también?, él respondiendo le dijo: “a quien iremos, si tú tienes palabra de vida eterna que darnos”, y diciéndole también con acertada revelación al Divino Maestro: “nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
Finalmente es importante lo que Cristo entre tanto lo que hablo dijo:
Juan 6.62: ¿Pues qué, si vieseis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
En efecto, el Espíritu de Cristo venido del cielo, había de regresar de donde vino, y cuando así sucedió, lo más sorprendente es que también su cuerpo humano se lo llevó.