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General: FÓRMULA DE BAUTISMO EN MATEO 28:19 VERSUS HECHOS 2:38
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De: GOYOBRITO  (Mensaje original) Enviado: 27/07/2015 17:48

FÓRMULA DE BAUTISMO EN MATEO 28:19 VERSUS HECHOS 2:38 Y OTROS TEXTOS DEL NUEVO TESTAMENTO   

Entre Mateo 28:19 y Hechos 2:38, hay una discordancia por la manera que estos textos están escriturados, originando entre el cristianismo “dos (2) formas de bautismo en agua”. Así entonces hay dos creencias que no armonizan entre sí, y esto a la verdad no es el propósito de nuestro Grande y Poderoso Espíritu, quien se hizo carne “JESUCRISTO”, sino el designio del hombre común y corriente, que en el paso del tiempo ha hecho alteraciones a lo realmente escriturado. No solo el pasaje de Mateo 28:19 tiene discordancia con Hechos 2:38, sino también con otros textos del Nuevo Testamento, como lo son: Hechos de los Apóstoles 8:12,16; 10: 48; 19:4-5; 22:16; Romanos 6:3; y Gálatas 3:27”, que claramente nos enseñan que el Bautismo es en el Nombre de Jesucristo.

En el siguiente cuadro sinóptico con tales textos, tenemos:

Hechos:

Romanos

Gálatas:

3000 personas bautizadas en el Nombre de Jesucristo:

2.38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautizase cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibieres el don del Espíritu Santo.

Los samaritanos se bautizan en el Nombre de IESUE:

8.12: Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el Nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres…

8.16: …porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino solamente habían sido bautizados en el Nombre de IESUE.

 

 

Los gentiles se bautizan en el Nombre de IESUE:

10.48: Y mandó bautizarles en el Nombre del Señor IESUE.

Los discípulos de Juan:

19.3-5: Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados?  Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en IESUE el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el Nombre del Señor IESUE. 

El bautizo de Saulo (Pablo)

22.16: Ahora, pues, ¿Por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su Nombre.

Exhortación a los romanos:

Ro. 6.3: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo IESUE, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque así fuimos plantados con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en su resurrección.

Reprensión a los Gálatas:

Gl. 3.26-29:

Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo IESUE. Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo IESUE. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

 

1ª Corintios:

 En Moisés Bautizados en la nube y en el mar:

1ª Cor. 10.2-4: y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar…y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

   Otros textos bíblicos están en armonía con el Nombre de Jesucristo, porque todo circunda en un solo Nombre y no en los nombres, pues:

01) A los que creen en su Nombre se le dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Jn.1:12).

02) Nombre sobre todo nombre (Ef. 1:21; 2:9).

03) No hay otro Nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos (Hc. 4:12),

04) Por su nombre tenemos perdón de pecados (Hc. 10:43),

05) Seremos aborrecidos por causa de su Nombre (Lc. 21:17).

06) Vituperados por el Nombre de Cristo (1P 4:14).

07) Vida Eterna en el Nombre de Jesucristo (1 Jn. 5:13).

08) Quien invocare el Nombre del Señor será salvo (R. 10:13; Jl. 2:32; y Hch. 2:21)

09) La fe en su Nombre (Hc. 13:16).

10) Congregados en su Nombre (Mt. 18:20).

11) Los muertos en Cristo resucitarán primero (1ª Ts. 4.16)

12) Todo lo que hagas sea de hecho o de palabra, hacedlo todo en el Nombre del Señor IESUE, dando gracias a Dios Padre por medio de él (Jn. 1:12;  Hc. 4:12; 10:43; Joel. 2:32; Ro. 9:27; y Col. 3:17).

   Desde que todos los Apóstoles murieron en el siglo I y décadas prosiguieron hasta el Siglo IV d.C., hay un tiempo de 300 años, durante quienes tenían la administración de las escrituras del Nuevo Testamento y eran los únicos que se consideraban dignos y con derecho de tenerlas consigo, hicieron omisiones, alteraciones e interpolaciones; y lo cual no sólo se hizo con las Buenas Nuevas de Salvación, sino que muchísimo antes, los judíos también lo hicieron con el Antiguo Pacto, que por esto el Eterno mediante uno de sus profetas, expresó:

“¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de IEUE está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas.” (Jr. 8:8).

  En otros pasajes bíblicos, encontramos que algo parecido a ello dijo Cristo a los escribas de su tiempo:

“¿Por qué vosotros quebrantéis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?”

 (Mt. 15:3).

“Este pueblo de labios me honra; más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres…Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.”

(Mt. 15:8-9; y Mc. 7.6-8).

Por otro lado, sobre las tradiciones de los hombres, el Apóstol Pablo a los Colosenses expresó:

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8).

   En el Mt. 28.19 de las versiones bíblicas actuales, encontramos como si fuera un mandamiento de Jesucristo, puesto que dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…” Si bien este texto a como está ahora escriturado, expresa un mandamiento acerca del bautismo, pero es que en el Nuevo Testamento no hay nadie bautizando ni bautizado en el Nombre del Padre; y del Hijo; y del Espíritu Santo, ninguno de los Apóstoles aplicó esta fórmula de bautismo, ni en ellos ni en otros. En Lucas 24:47-49, hay el siguiente mandamiento de Jesucristo: “…y que se predicase en su Nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas la naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”.

   Por ende la iglesia primitiva, más bien acatando el mandamiento del Divino Maestro que les dio en Lucas 24.47, realizó el bautismo con una sola inmersión, en el Nombre de Jesucristo; y no en tres inmersiones, como después con base netamente en cualidades, se hizo en alusión a tres nombres. Por lo tanto la manera escritural del Mt. 28:19 actual, no es en realidad mandamiento del Divino Maestro, sino una adulteración de escribas católicos, que convirtieron en mentira las palabras de IESUE El Cristo. Esta adulteración, tiene sus orígenes después del Concilio Ecuménico de Constantinopla, realizado en el 381 d.C., cuando además del Emperador Teodosio establecer al cristianismo en religión del imperio romano, bajo la dirección del catolicismo, acordó junto a los obispos presentes la reforma del Primer Credo de la iglesia católica, con la inclusión del Espíritu Santo. Cuyo credo expresaba:

“Creemos en un solo Dios Padre omnipotente… y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre…”  (Dezinger-Dz 54).

Quedando desde luego el credo católico en los siguientes términos:

"Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén”.

    No obstante a ese credo hay que destacar, que aun de tener contradicciones con Hebreos 1:5; y con Salmos 2:7 en cuanto al tiempo del nacimiento del Hijo, y con dos Señores en contravención a Efesios 4:5, no aparece reflejado en los textos al griego más antiguos del Nuevo Testamento; y no solo esto, sino que los creyentes y predicadores de dicho credo, no han podido explicar de cómo es que si la Biblia actual enseña que el Nombre del Padre es Jehová, y el Nombre del Hijo es Jesús, cuál es entonces el nombre del Espíritu Santo ¿Habrá que pronunciar cada nombre?, o ¿Simplemente decir la palabra Nombre acompañada de las otras expresiones reflejadas en Mateo 28:19?, De ser esto así, hay una enorme discrepancia no solo con el Espíritu Santo que no es un nombre propiamente dicho, sino también con Padre e Hijo, ya que estos no son nombres, sino cualidades del sustantivo.

    En dicho credo la palabra persona, tampoco está contenida, dejando por tanto nulos los alegatos que en este sentido tienen algunos comentaristas, y es evidente que aunque algunos de manera superficial y sesgada se encuadren dentro de la inventada coma Juanina (1ª Jn. 5:7), la católica tiene la creencia en tres deidades de la misma sustancia: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, tal como de allí mismo en síntesis se puede deducir así:

1) Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

2) Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre.

3) Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

    Así que en el 381 d.C., establecido ya el credo trino y el cristianismo contralado por el catolicismo como religión del imperio romano, desde entonces se hizo una fuerte persecución contra quienes no estaban de acuerdo con el credo católico, matándose no sólo a los paganos, sino a muchos cristianos bajo el cargo de herejía. Lo raro del asunto, es que en el Concilio ecuménico de Constantinopla (año 381 d.C.), el Mt. 28:19 a como ahorita está escriturado, no fue utilizado como basamento para el establecimiento del credo trino, puesto que no estaba escrito así, sino en la forma escritural genuina al hebreo, que obviamente como lo afirmó Eusebio de Cesarea, Nota 2, Libro III, Capítulo 6, 132 (a), p. 152, decía: Id, y haced discípulos de todas las naciones en mi Nombre, enseñándoles a observar todas las cosas que yo os he mandado… (Mt. 28:19-20).

    Además de la prueba inmediatamente anterior, muchas son las evidencias que corroboran la adulteración de Mateo 28:19-20, las primeras son de los mismos católicos, cuando estaba el texto genuino, y las segundas a un tiempo posterior. Estas evidencias en el orden correlativo, son:

-  La prueba del Evangelio, es que de Eusebio de Cesarea (270 d.C.- 340 d.C.) a como fue editada por W.J. Ferrar Nota 3 del Libro 3, cp.3, p. 137: “Que Mateo escribió en Hebreo el Evangelio que lleva su Nombre” como es declarado por Eusebio en la Historia Eclesiástica de Eusebio. iii. 24. En la Prueba del Evangelio, libro 3, cp. 7, p. 157, le citó que solamente una frase, “en mi Nombre” iba después de “Id, y haced discípulos de todas las naciones.”

-  El evangelio en Hebreo de Mateo, también es señalado por el católico Jerónimo (d.C. 331-d.C. 420), el autor de la Biblia “vulgata latina”, quien apoyó esto en la siguiente declaración registrada en la cita debajo:

Catálogo de Escritores Eclesiásticos- "Mateo, que es también Leví... compuso un Evangelio... en el idioma y caracteres Hebreos... Además, el mismo Hebreo está preservado hasta este día en la biblioteca en Cesarea de la cual el mártir Pamphilus tan diligentemente coleccionó."

-  En las obras de Eusebio, se han encontrado dieciocho citas de Mateo 28:19, y siempre en la siguiente forma: "Id,  y haced discípulos de todas las naciones en mi Nombre, enseñándoles que observen todas las cosas, que yo os he mandado." (Shem- Tov, F. C. Conybeare).

Catecismo Bíblico Vaticano II:

 ·  […]En Cristo. La Biblia nos dice que los cristianos son bautizados en Cristo. (6) que pertenecen a Cristo. En Hechos de los Apóstoles (2:36-8; 10: 48; 19: 5) dice: “bautizándolos en el nombre [personal] de Jesús”.Una mejor traducción sería: “dentro del nombre de Jesús”. Sólo en el 4º siglo, la frase “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” se convirtió en una práctica. (Traducido de la Pág. 164).                                                                                  

  • ·  […]Además, hemos visto cómo la iglesia primitiva bautizó: En primer lugar predicaban el Evangelio… Como resultado fe y obras lo cual era sellado y perfeccionado con [b]el bautismo “en nombre de Jesucristo”. [/b] Eran llamados cristianos, es decir, personas relacionadas con Cristo de modo especial. Más tarde, “el nombre de Jesús” se desarrolló y se convirtió en “el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”(Traducido de la Pág. 166)

 También la Enciclopedia Católica, escribe:

. Enciclopedia Católica de 1913, Vol. 2, pág. 365. Aquí los católicos reconocen que el bautismo fue cambiado por la Iglesia Católica.

. Enciclopedia Católica Vol. 8 Justino Mártir fue uno de los primeros Padres de la Iglesia Católica Romana que ayudó a cambiar el antiguo bautismo de ‘en el Nombre de Jesucristo’ a los títulos de ‘Padre, Hijo y Espíritu Santo'”.

. Enciclopedia Católica, 1967 edición 2, Vol. 2 pág. 56, 59   Una referencia explícita a la fórmula trinitaria bautismal actual no es encontrada en los primeros siglos”.

    Y no solamente la Iglesia Católica reconoce el cambio de la fórmula bautismal que era en el Nombre de Jesucristo, personas estudiosas de la historia y prestigiosas enciclopedias declaran lo mismo:  

. Hastings Enciclopedia de Religión, Vol. 2 Pág. 377-378-389 El bautismo cristiano fue administrado usando el Nombre de Jesús. El uso de la fórmula trinitaria de ninguna manera se sugiere en la historia de la iglesia primitiva, el bautismo fue siempre en el nombre del Señor Jesús, hasta el momento de Justino Mártir cuando la fórmula trinitaria se comenzó a utilizar”. Hastings dijo también en el Vol. 2 Página 377, en relación con Hechos 2:38 “el nombre era sinónimo de persona. El pago se hacía siempre en nombre de alguna persona, refiriéndose a la propiedad. Por lo tanto, al ser bautizados en el Nombre de Jesús se convertían en su propiedad personal”. “Vosotros sois de Cristo.” I Cor. 3:23.

 ·  Enciclopedia de Religión y Ética, James Hastings, Pág. 384 “no hay pruebas [en la historia de la iglesia primitiva] del uso de los tres nombres”. Rev. Steve Winter.

    Por último de las evidencias, la prueba más fulminante y contundente en contra de los agregados o falsificaciones de los escritos sagrados, es la carta del católico Jerónimo, por él mismo hecha al papa Dámaso I, cuando en lo concerniente a los antiguos libros, expresó:

“¿No se encontrará acaso a más de uno, sea instruido o lo contrario, que no me llame un falsificador o un delincuente religioso porque tuve la osadía de agregar, cambiar o mejorar algo en los antiguos libros? Dos reflexiones son entretanto las que me consuelan y que me permite cargar con esta odiosidad: Por un lado, que tú, el obispo superior en rango a todos los demás, me llamaste a hacer esto; y por otro lado el que, como confirman también mis calumniadores, en lecturas que difieren entre sí, difícil es encontrar la verdad …” (Revisión de los evangelios, preámbulo, MPG 29, Sp. 525, citado según Adolf Martin Ritter, «Kirchen- und Theologiegeschichte in Quellen», tomo I, pág. 18).             

     Por todo ello es indudable, que todas las falsificaciones o adulteraciones del Nuevo Testamento en cuanto al bautismo y creencia en tres Deidades de la misma sustancia, devienen del catolicismo, a mucho tiempo después que Tertuliano en varios presbíteros y obispos incidió con su teoría “Trinitas”, en que los tres son uno por unidad de sustancias. Es una teoría, que desde el 381 d.C., quedó establecida mediante el credo católico, bajo la creencia de tres Deidades de la misma substancia: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, y por lo que iglesia católica ha venido enseñado, que el Espíritu Santo emana del Padre y del Hijo, compartiendo una misma adoración y gloria. Bajo esta creencia, es que al emanar el Espíritu Santo del padre y del Hijo, ninguno fue creado, sino que desde el principio tanto el segundo como el tercero emanan del Primero, y todos son uno de una misma sustancia, y así cada uno es totalmente Dios. De esta forma han hecho errar al pueblo, sin tomar en cuenta que en 1ª Cor. 10:4, se nos enseña que cuando el Pueblo de Israel en Moisés, fueron bautizados en la nube y en el mar, todos bebieron de la misma Bebida Espiritual, porque bebían de la Roca Espiritual que los seguía y la Roca era Cristo, y no tres rocas.

Roca con la cual respecto al bautismo, no solo armoniza con 1ª de Juan 5:8 en Espíritu, Agua y Sangre, sino también con los textos bíblicos: Hc. 2:38; 8:12,16; 10: 48; 19:4-5; 22:16; Romanos 6:3; y Gálatas 3:27. Así que por todo esto, y aún por todas las pruebas que señaladas anteriormente demuestran fehacientemente que la pluma mentirosa de los escribas católicos, falsificaron a Mateo 28:19, para que encuadrara con la fórmula bautismal trinitaria de: “Padre; Hijo; y Espíritu Santo”, debemos en cumplimiento del Mandamiento que el Divino Maestro nos ha dado en Lucas 24:47, seguir la secuencia de Hechos 2:38 y predicar el bautismo en el Nombre de Jesucristo y reponer el Mateo 28:19 genuino de: “Id, y haced discípulos de todas las naciones, en mi Nombre, enseñándoles a observar todas las cosas, que yo os he mandado…”.                      

Ante esa pluma mentirosa, hay que actuar con sensatez o cordura, ya que todo encuadra en un Nombre, y es claramente en el Nombre de Cristo IESUE, que quiere decir: Io soy, El Salvador que a Ustedes me ha Enviado. Este es el mismo Nombre del Padre IEUE de los Ejércitos, en el que El intercaló la “S” (Salvación), y así lo prefijó cuando la existencia del que ahora llaman Josué, para salvar a la humanidad de sus pecados en la estaca de crucifixión. Esta es la razón, por la que el Eterno en Isaías y en Zacarías, respectivamente, nos vaticinó lo que había de suceder, diciendo:

“Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado es asentado sobre su hombro. Y se llamará El Admirable, El Consejero, El Dios, El Fuerte, El Padre Eterno, El Príncipe de Paz” (Is. 9:6).

“Por tanto mi pueblo sabrá mi Nombre, por esta causa en aquel día, porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, de que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!” (Is. 52:6-7).

“Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN HIJO, y llamará su Nombre Emmanuel.”  (Is. 7:14; y Mt. 1:23).

“He aquí que IEUE hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con Él, y delante de Él su obra. Y les llamarán Pueblos Santo, Redimidos de IEUE; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.” (Is. 62:11-12).

“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, Espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por el primogénito” (Zc. 12:10; Jn. 1:14; y Ap. 1:7).

    En fin, es razonable entender en términos de nuestro Único y Gran Santo Espíritu, que las escrituras del Nuevo Testamento nos enseña, que no hay otro Nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos, que la predicación del arrepentimiento y perdón de pecados en todas las naciones del mundo es en el Nombre de Jesucristo y todo lo que hagamos de hecho o de palabra, es el Nombre del Señor IESUE, por tanto más razones tenemos para que el bautismo en agua a toda la humanidad, sea en el Nombre que el ángel Gabriel, cuando encomendado por el Altísimo se le apareció en sueños a Ioseph, diciendo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre IESUE, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mt. 1:21); y que esto se concatena perfectamente con Hechos 2:38 y no con el Mateo 28:19 actual.               



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