CRONOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO:
En el Siglo I de la E.C., año 36-37 aproximadamente, Jesucristo el mismo día de ascender a las alturas, dio mandamientos a sus discípulos en cuanto al arrepentimiento, perdón de pecados y derramamiento del Espíritu Santo. Por esto hubo desde la Santa Ciudad de Jerusalén, el apogeo de su amada iglesia, y once años más tarde hasta el 95 d.C., ya se habían elaborado todos los manuscritos del Evangelio Santo y Eterno. No obstante, debido al material en que estaban escritos y por las circunstancias adversas del momento, las escrituras del libro de los hechos, las diferentes epístolas, el libro de Apocalipsis y los llamados evangelios: “Mateo, Marcos, Lucas y Juan”, no estaban unificadas como ahora, sino diseminadas en las diferentes ciudades dominadas por el imperio romano, y es en la época de Tertuliano que había una colección de los escritos del Nuevo Testamento. El libro los Hechos de los Apóstoles, escrito alrededor del año 62 d.C., es atribuido al Apóstol Lucas; las cartas paulinas, escritas entre el año 52 y 60-61 d.C., fueron hechas por el Apóstol Pablo a los gentiles; las otras cartas a él no pertenecientes, como son: “Hebreos, Santiago, Judas y I-III de Juan”, se hicieron entre los años 48 y 90 d.C.; y por último entre el 70-95 d.C., Juan por revelación del Divino Señor, hizo el Apocalipsis con destino a las siete iglesias, que surgieron en representación a los 7 candeleros de oro.
Ocurrida la realización de las escrituras por parte de los discípulos de Jesucristo, siglos transcurrieron para que de manera muy impeditiva y clandestina, de ellas se tuviera la primera recopilación, pero como resultado del hecho histórico ocurrido en el 313 d.C., cuando gracias al triunfo que un año antes Constantino obtuvo contra su contrincante Fulgencio en la batalla de Milvain, concedió junto a Licinio la libertad de culto mediante el edicto de Milán, y le dio acogida e importancia al cristianismo, tanto que en el año 330 d.C., ya estando instaurado como emperador del Oriente y Occidente del imperio romano, dispuso que bajo la dirección de Eusebio de Cesarea, los más hábiles copistas hicieran en la mejor vitela, 50 ejemplares de la Biblia para las iglesias de Constantinopla, y que se les llevasen a la mayor brevedad en dos carruajes públicos. Algunos conjeturan que los manuscritos Sinaítico y Vaticano sean de estos ejemplares, y otros afirman todo lo contrario, porque los manuscritos mandados hacer por Constantino eran del tipo textual bizantino y no alejandrino.
Tiempos después (año 397 d.C.), se realizó el Concilio Ecuménico de Cartago, donde se decidió la oficialización de los 27 libros del Nuevo Testamento, que ya habían sido reconocidos por Atanasio y las iglesias. Se excluyeron algunos libros como: El Pastor de Hermas y la Didaché; y no muchos años transcurrieron, que en el año 405 d.C., Jerónimo a disposición del papa Dámaso I, confeccionó una Biblia llamada la Vulgata Latina, mediante hizo omisiones e inclusiones para justificar el credo trino de la iglesia católica, apostólica y romana. De modo que entre estas inclusiones, se cuentan la adulteración de Mateo 28:19-20, y el fraude a 1ª de Jn. 5:7-8, cuales originalmente estaban escritos así:
“19Id, 20y haced discípulos de todas las naciones en mi Nombre, enseñándoles que guarden todas las cosas que Yo os he mandado.” (Mt. 28:19-20, Libro Hebreo de Mt.).
“7porque los que dan testimonio son tres, 8el espíritu y el agua y la sangre, y los tres uno son.” (1ª Jn. 5:7-8, Código Sinaítico).
Luego de ello acontece la traducción del Textus Receptus (Texto Recibido), que fue posible a los siguientes factores: “1) Varios manuscritos al griego en poder de Desiderius Erasmus, los Minúsculos 1eap, 1rK, 2e, 2ap, 4ap, 7p y 817 del S. XII en adelante, con tan sólo uno de tipo textual Bizantino.[2]; 2) Fracciones de la Vulgata Latina; y 3) La imprenta de Gutenberg.” En principio a Desiderio Erasmo de Róterdam, le era bastante difícil materializar su idea de ajuntar los 27 libros del Nuevo Testamento en un solo tomo, porque lamentablemente no disponía de todos ellos; y por este motivo, emprendió una tarea que le permitió poseerlos en su gran mayoría, pero en vista de la carencia que al respecto lo embargaba, se vio obligado a valerse de la Vulgata Latina, para complementar lo faltante, y en especial lo que no poseía del libro de Apocalipsis. En fin, el 1 de Marzo de 1516 d.C., Erasmo a pesar de las dificultades de tiempo y de muchos errores tipográficos, logró con la imprenta de Gutenberg, su primera completa edición del Nuevo Testamento, tanto al latín como al griego en columnas paralelas, con el título: “Novum Instrumentum omne”, compuesta de aproximadamente mil (1000) Páginas; y luego pudo realizar, sus subsiguientes ediciones (1519, 1522, 1527 y 1535), en las que hizo correcciones significativas.
Cuyas ediciones alimentó a la reforma protestante y se convirtieron en la fuente elemental, para que destacados escritores hicieran sus traducciones o versiones textuales del Nuevo Testamento, entre los que se cuentan al mismísimo Lutero, a quien la segunda edición de 1519, le sirvió para su propia traducción que en 1522 d.C., hizo al alemán; y a Froschauer Bibel, para el NT de la Biblia de Zurich (1529). En lo subsiguiente y que también se desprenden del Textus Receptus como base textual para sus traducciones, versiones o revisiones del Nuevo Testamento, se destacan: “las versiones del NT en griego entre 1546 y 1551 de Robert Estienne ("Stephanus"); las editadas en 1565-1604 y 1624-1678 por los hermanos editores holandeses (Bonaventura y Abrahán Elzevir); la primera traducida al castellano de Francisco Enzinas (1543) en Amberes; la segunda al castellano que de esta se reprodujo con la inversión de algunas palabras, fue la de Juan Pérez de Pineda (1556), e impresa en Ginebra; la tercera que de ésta se calcó, fue Casidoro de Reina para su Biblia del Oso (1569), publicada en Basilea Suiza; la revisión a la Biblia del Oso de Cipriano de Valera (1602), publicada en Ámsterdam, Holanda; y la revisión hecha a esta última de Reina de Valera entre otras.”
Otra que aún y no se sabe si utilizó o no el Textus Receptus de Erasmus de Róterdam, fue la del Sacerdote William Tyndale de Inglaterra, quien la hizo después de reflexionar y tomar una decisión acerca de los siguientes interrogantes: ¿Por qué debía privarse al pueblo de Inglaterra del derecho de tener la Biblia en inglés y leerla sin trabas? “Jerónimo también tradujo la Biblia a su lengua materna. ¿Por qué nosotros no?”, alegaba Tyndale. Y es así que antes de estar arrestado durante 16 meses, y lo estrangularan y quemaran ante el pueblo en octubre de 1536 en Vilvoorde a 10 Kilómetros al Norte de Bruselas, fue en Worms que entre 1524-1526 terminó de hacer y publicar 6000 ejemplares de su traducción al inglés. Fue muy valiente al desafiar al papa y a todas sus leyes, que le dijo a un alto jerarca eclesiástico: “Si Dios me hace merced de seguir vivo, de aquí a no muchos años lograré que el muchacho que guía el arado sepa más de la Escritura que vos”. Así que los ingleses tienen mucho que deber a William Tyndale en este respecto, porque ofreció su vida para que de él tuvieran una Biblia traducida al inglés.
Entre los manuscritos griegos más antiguos en letras mayúsculas sobre vitela y pergaminos, que contienen todo o parte del Nuevo Testamento, son:
Nº
|
Símbolo
|
Nombre
|
Siglo
|
Contenido
|
Institución
|
Ciudad
|
País
|
026
|
Q
|
Codex Guelferbytanus B
|
V
|
Lucas 4,6,12,15,
17–23;
|
Herzog August Bibliothek, codices
|
Wolfenbüttel
|
Alemania
|
029
|
T
|
Codex Borgianus
|
V
|
Lucas
Juan
|
Biblioteca Vaticana,
|
Ciudad del Vaticano
|
Ciudad del Vaticano
|
032
|
W
|
Codex Washingtonianus
|
V
|
Evangelios
|
Smithsonian Institution, 06. 274
|
Washington, D. C.
|
Estados Unidos
|
06
|
Dp
|
Codex Claromontanus
|
VI
|
Epístolas paulinas
|
Biblioteca Nacional de Francia, Gr. 107 AB
|
París
|
Francia
|
08
|
Ea
|
Codex Laudianus
|
VI
|
Hechos
|
Bodleian Library, Laud. Gr. 35
|
Oxford
|
Reino Unido
|
015
|
Hp
|
Codex Coislinianus
|
VI
|
Epístolas paulinas
|
Biblioteca Nacional de Francia
|
París Athos
|
Francia
|
022
|
N
|
Petropolitanus Purpureus
|
VI
|
Evangelios
|
Biblioteca Nacional Rusa, Gr. 537
|
San Petersburgo
|
Rusia
|
023
|
O
|
Codex Sinopensis
|
VI
|
Evangelio de Mateo
|
Biblioteca Nacional de Francia, Suppl. Gr. 1286
|
París
|
Francia
|
024
|
Pe
|
Codex Guelferbytanus A
|
VI
|
Evangelios
|
Herzog August Bibliothek, codices Weißenburg 64
|
Wolfenbüttel
|
Alemania
|
027
|
R
|
Codex Nitriensis
|
VI
|
Evangelio de Lucas
|
British Library, Add. 17211
|
Londres
|
Reino Unido
|
035
|
Z
|
Codex Dublinensis
|
VI
|
Mateo
1–2,4–8,
10–15,17–26
|
Trinity College, Ms. 32
|
Dublín
|
Irlanda
|
040
|
Ξ
|
Codex Zacynthius
|
VI
|
Evangelio de Lucas
|
Cambridge University Library, BFBS Ms 213
|
Cambridge
|
Reino Unido
|
042
|
Σ
|
Rossanensis
|
VI
|
Mateo, Marcos
|
Duomo di Rossano
|
Rossano
|
Italia
|
043
|
Φ
|
Beratinus
|
VI
|
Mateo, Marcos
|
Arkivi Qëndror i Shtetit, No. 1
|
Tirana
|
Albania
|
En cuyos manuscritos no figuran, Hebreos, Santiago, I-II de Pedro, I-III de Juan, Judas y Apocalipsis, porque están integrados en la Biblia Vulgata Latina del Sacerdote Jerónimo (S. IV).