LAS ALEGORÍAS QUE CRISTO HABLABA ACERCA DEL PADRE Y EL ESPÍRITU SANTO:
Hay muchas palabras de nuestro Gran Dios y Salvador JESUCRISTO, que acerca del Padre fueron habladas en alegorías o de manera figurada (Jn. 16:25). De modo que al decírselas imaginariamente, no entendían; pero cuando comenzó hablarles claramente acerca del Padre, fue que entendieron y reconocieron que por ello él sabía todas las cosas.
Hoy día sucede, que así como los discípulos no entendían, hay muchos que no entienden, y siguen atrapados en esas alegorías acerca del Padre. Por esto deben analizar bien, que significa: “1) Salí de Dios; 2) el resplandor de su gloria; y 3) la imagen misma de su substancia", que de manera espiritual conlleva a entender, que Cristo es una irradiación o emisión surgida del Padre; y en este sentido al razonar, de que si Jesucristo previamente a lo dicho en Juan 16:25, dijo ser unocon el Padre, y que el Padre mora en él y él en el Padre, entonces el Padre es el Espíritu de Cristo que está en él, y Cristo es el Velo de Carne que al surgir del Padre "El Espíritu", en este de verdad está o existe. Y Como algo que se pudiera ver contradictorio y no lo es, es que Cristo no solo es el segundo Adán, que a diferencia del primero fue engendrado por el Padre Creador, sino que es ese mismo Espíritu, que sopló aliento de vida en el hombre, porque es el Espíritu vivificante, que le da vida a lo que no tiene vida; y por esto no solo vivificó su cuerpo fallecido cuando estuvo en el sepulcro, sino resucitó a varios muertos, y lo hará de nuevo con sus escogidos en su segunda venida, y luego con los que tendrán parte en la segunda resurrección.
Al hablar del Espíritu Santo o Santo Espíritu de Dios, hay varios textos bíblicos que entre otros de él nos hablan (Gn. 1:1; Neh. 9:20; Salm.104:30; Is. 42:1; 63:10; Ez. 36:27; Hag. 2:5; Mc. 1:10; Mt. 12:18, 31; Lc 4:18; Jn. 4:24; 6:63; Ro. 8:1-2); y cuando en el Antiguo y Nuevo Testamento son bien estudiados los pasajes concordantes y los que parecieran discordantes acerca de ese Espíritu, vemos por ejemplo:
Primero: Textos concordantes del Antiguo y nuevo Testamento, que nos afirman que es de IEUÉ, el haber derramado o dado de su Espíritu:
1) IEUÉ anunció refiriéndose a los de la ciudad “Jerusalén”, que él en ellos derramaría de su Espíritu (Pr. 1:23).
2) Su Espíritu derramaría sobre la generación de Israel (Is. 44:3).
3) En una profecía de parte de IEUÉ, Isaías anunció que a consecuencia de la indolencia de las mujeres, vendrían males hasta que sobre su pueblo se derramara el Espíritu desde lo alto (Is. 32:9-15).
4) Ezequiel también en una oportunidad profetizó, que IEUÉ no escondería más su rostro de su pueblo, por haber derramado de su Espíritu sobre la casa de Israel (Ez. 39:29).
5) Joel profetizó que IEUÉ derramaría de su Espíritu sobre toda carne (Jl. 2.28).
6) El Señor a sus discípulos dijo, que él oraría al Padre para que les diera otro Consolador “El Espíritu de verdad” (Jn, 14:16-17).
7) Elohei (Dios) permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado (1 Jn. 3:24; 4:2, 6,13; y 1 Ts. 4:8).
Segundo: Textos que parecieran discordantes al Antiguo Testamento, nos afirman que Jesucristo es quien derramaría y derramó de su Espíritu:
1) Juan reveló cuando bautizaba en el río Jordán, que Cristo bautizaría en Espíritu Santo y fuego (Mt.3:11; Heh. 1:5; y 11:16).
2) Cristo dijo a sus discípulos, que les enviaría de su Padre al “Espíritu de verdad”, que es el Consolador (Jn, 15:26; 16:7,13).
3) Cristo después de resucitado y apareciéndoles a los doces discípulos donde en Jerusalén estaban reunidos, sopló sobre ellos para que recibieran el Espíritu Santo (Jn. 20:22).
4) Lo que Cristo a sus discípulos adujo en una ocasión acerca del Espíritu se cumplió, cuando en Jerusalén se celebraba el día de pentecostés (Jl. 2:28; Lc. 24:49; Hch. 1:4-8; y 2:1-18, 33).
5) Además de lo dicho por Pedro, que en cumplimiento a la profecía de Joel fue IESUÉ quien derramó sobre ellos el Espíritu Santo, de Pablo se infiere de su escrito a los efesios, que fue Jesucristo quien desde lo alto dio dones a los hombres, a fin de perfeccionar al cuerpo de Cristo (Ef. 4:1-12…).
Ahora bien, al discernir el asunto espiritualmente, que con basamento en todos esos textos concordantes pero que a la vez parecieran discordantes, nos traen al entendimiento, que IEUÉ en su forma humana el Cristo, fue quien derramó o dio de su Espíritu que proviene de él; y no por esto se trata de alguien distinto, sino que es quien escudriña y sabe todo lo de Dios, a semejanza del espíritu del hombre que está en el hombre (1 Co. 2:10; Job 32:8). El Espíritu además de ser la roca espiritual que seguía a los israelitas en el desierto y estaba en los profetas o santos hombres inspirando las escrituras, es el Espíritu de Cristo, y es mencionado entorno al valle de los huesos secos, para dar vida a muchos muertos del pueblo de Israel (2 Ti. 3:16; 2 P. 1:21; 1 P. 1:11-12; Hch. 1:16; 1 Co. 10:4; Ez. 37:1-14). Cuyo Espíritu es el Señor, y donde está el Espíritu del Señor, ahí hay libertad (2 Co. 3:17-18).