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General: IMPOSICIÓN LEGAL DE UNA SOLA IGLESIA Y DE UN SOLO CREDO
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De: GOYOBRITO (Mensaje original) |
Enviado: 12/02/2022 00:04 |
IMPOSICIÓN
LEGAL DE UNA SOLA IGLESIA Y LA ADORACIÓN DE LA TRINIDAD, COMO PRECEDENTE HISTÓRICO
DE VENERACIÓN AL ANTICRISTO:
Era el año 380 d.C., cuando
habiendo varios que como emperadores regían sobre el imperio romano, aconteció
en el mes de marzo, en el tercer día de las Kalendas, que Graciano, Valentiniano
(II) y Teodosio Augusto, emitieron el Cunctos Pópulos, mejor conocido como el
Edicto de Tesalónica, mediante el cual se estableció a la iglesia católica,
como la única institución religiosa y a su santísima trinidad, como el único
credo de fe; y que por esto fue que quienes no se acogían a tal precepto, no
solo fueron juzgados locos y dementes, sino además de que les había de pesar la
infamia de la herejía, sus lugares de reunión no recibirían el nombre de
iglesias, serían objeto de la venganza divina y el castigo que por tanto se
considerase al respecto, no fue más que la persecución y la pena de muerte, para
toda persona que no lo acató. Edicto ese que desde los albores de su
promulgación, textualmente expresa:
“Queremos
que todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra
clemencia profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos,
que hasta hoy se ha predicado como la predicó él mismo, y que es evidente que
profesan el pontífice Dámaso y el obispo de Alejandría, Pedro, hombre de
santidad apostólica. Esto es, según la
doctrina apostólica y la doctrina evangélica creemos en la divinidad única del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo bajo el concepto de igual majestad y de la
piadosa Trinidad. Ordenamos que tengan el nombre de cristianos católicos
quienes sigan esta norma, mientras que los demás los juzgamos dementes y locos
sobre los que pesará la infamia de la herejía. Sus lugares de reunión no
recibirán el nombre de iglesias y serán objeto, primero de la venganza divina,
y después serán castigados por nuestra propia iniciativa que adoptaremos
siguiendo la voluntad celestial”
Dado el tercer día de las Kalendas de marzo en
Tesalónica, en el quinto consulado de Graciano Augusto y primero de Teodosio
Augusto.
Así que en la actualidad, tal
edicto es sin duda alguna, un precedente histórico de la imposición legal en materia
de culto y religión, que en Tesalónica se decretó para todo los pueblos que
estaban gobernados bajo la autoridad de ellos, respecto a una sola iglesia y a
un solo credo de fe, en torno a la santísima trinidad de la iglesia católica,
que se traduce desde entonces, como un antecedente de lo que ha de ocurrir en
el futuro, en relación al gobernante mundial (el Anticristo) y al falso profeta,
que en pos del dragón rojo, se han de manifestar en los últimos tiempos.
Una vez que Graciano,
Valentiniano (II) y Teodosio Augusto establecieron a la iglesia católica como
la única institución religiosa y a su santísima trinidad como el único credo de
fe, tuvo una gran preeminencia de autoridad, que en ocasiones llegó a representar
la autoridad de los mismos emperadores de Roma; y la que luego de haber luchado
en contra de los ídolos paganos, permitió en sus recintos católicos de reunión,
la introducción no solo de la imagen de la santísima trinidad como emblema
primordial de su credo, sino también otras imágenes que consideraban beatas. De
esta manera se fue arraigando y fortaleciendo la idolatría en esa institución
religiosa; y la que por ende sumida desde hace siglos en ese fetichismo, sigue
teniendo en algunos países del mundo, una preeminencia de autoridad, a la par
con sus reyes o gobernantes, que para estos es como si fuese la autoridad de
Dios.
En relación a eso, es que en
el Libro Revelación (Apocalipsis) del Nuevo Testamento, se narra a un falso
profeta, que en presencia de la primera bestia que es el anticristo, de este ejerce
toda la autoridad; y hace que la tierra y los que la moran, le den adoración
(Ap. 13:11-12). Profeta ese que con las señales que se le permitirá hacer en
presencia de la primera bestia, engañará a los moradores de la tierra, tanto que
al momento de que ellos le hagan imagen a esa bestia tras de haberlos mandado, le
infundirá aliento, para hacerla hablar y haga matar a quien a ella y a cuya
bestia no le den adoración (Ap. 13:13-15). Esto pues se asemeja, a lo dispuesto
en el edicto de Tesalónica “Cunctos Pópulos”, mediante se estableció a la
iglesia católica y a su santísima trinidad, como el epicentro de adoración y
fe, so pena de las allí establecidas, para los que no lo acatasen. Hay que
recordar, que antiguamente el cargo de máximo pontífice que hoy recae sobre el
Papa católico, lo ejercía en el imperio Romano, su emperador, quien en el culto
imperial en pos de su adoración como un dios, tenía a su disposición un
sacerdocio, que a similitud de lo que hará el falso profeta, hacía algunos
prodigios o señales con la magia negra, y hacía ver mediante la ventriloquia
demoníaca, que la imagen divinizada hablase. El culto que auspiciaba ese
sacerdocio en pos del emperador, se conocía como el sacerdocio del culto imperial
romano. De manera que lo que establecieron Graciano, Valentiano (II) y Teodosio
Augusto en el edicto de Tesalónica, es un precedente histórico de lo que
acontecerá en pos de Satanás, pues, en vez de la santísima trinidad, que indirectamente
es la trinidad diabólica (Dragón, Anticristo y Falso Profeta), esta será el
único credo de fe y de adoración, desde el tercer templo que harán los judíos
en Jerusalén, desde donde el Anticristo cual si fuese el emperador de Roma y el
dios por sobre todo, gobernará al mundo mediante su falso profeta. En efecto, lo
que se ha de derivar de todo ello, es el resurgimiento del imperio romano que
ha estado caído, desde que en definitiva lo derrumbaron; y en el cual como
demostración de lealtad al emperador, se le tenía que dar veneración al cesar
como si fuese Dios, y se tenía que inclinarse ante su estatua divinizada,
porque de lo contrario bajo el delito de traición, se le daba muerte a quien no
lo hiciese.
En lo que respecta pues a ello
y a esa trinidad diabólica, es que en Apocalipsis 17:8; y 13:2, 11-12 está
escrito respectivamente:
“La bestia que has visto, era,
y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la
tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo
en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”
(Ap. 17:8).
“Y la bestia que vi era
semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y
el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad” (Ap. 13:2).
“Después vi otra bestia que
subía de la tierra; y tenía cuernos semejantes a los de un cordero, pero
hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en
presencia de ella, y hace que la tierra y sus moradores, adoren a la primera
bestia, cuya herida mortal fue sanada” (Ap. 13:11-12).
“También hace grandes señales,
de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha
permitido hacer en presencia de la bestia. mandando a los moradores de la
tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen
hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase” (Ap. 13:13-15).
De modo que entorno a todo ello,
es lo que será en los tiempos finales, ya que la cuarta bestia (el imperio
romano), quien del monstruo apocalíptico era la sexta cabeza, y que fue herida
como de muerte cuando lo derribaron del todo su dominio, volverá a ser
reestablecido mediante el octavo imperio mundial, que con la avenía del dragón
ejercerá el anticristo mediante el falso profeta, tras de que 10 reyes de las
antiguas provincias que formaban parte de la Roma Imperial, le den poder y
autoridad (Ap. 17:8-13). Y desde entonces mediante un decreto a la semejanza
del edicto de Tesalónica, venga la marca de la bestia y se suprimirá el derecho
a la libertad de cultos y creencias, para que los moradores de la tierra en pos
de la trinidad diabólica, le den solamente culto y adoración al anticristo y a
su imagen, so pena de morir y so pena de no poder comprar y vender (Ap.
13:15-18).
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El Ecumenismo SATANICOS NUEVO ORDEN MUNDIAL .
LOS JESUITAS MASONES HECHICEROS ESPIRITISMO
Tú debes servir en el tiempo debido como el instrumento y ejecutor dirigido por tus superiores; porque ninguno puede comandar aquí que no haya consagrado sus labores con la sangre de los herejes; porque ‘sin el derramamiento de sangre ningún hombre puede ser salvado’.
«Yo, _____, ahora, en la presencia del Dios Todopoderoso, la bendita Virgen María, el bendito Miguel Arcángel, el bendito San Juan el Bautista, los Santos Apóstoles, San Pedro y San Pablo y todos los santos y sagradas huestes del cielo… …
«Yo, además de esto, prometo y declaro que, cuando la oportunidad se presente, haré y pelearé una guerra incesante, secreta y abierta, contra todos los herejes, Protestantes y Liberales, como sea dirigido a hacerlo.
«[*Y] que cuando la misma no pueda ser hecha abiertamente, yo usaré secretamente la copa envenenada, la cuerda de estrangulación, el acero del puñal (una daga) o la bala de plomo, sin considerar el honor, rango, dignidad, o autoridad, de la persona o las personas, cualquiera pueda ser su condición en la vida, ya pública o privada, como yo sea en ese tiempo dirigido a hacerlo por algún agente del Papa o superior de la hermandad de la santa fe, de la Sociedad de Jesús». [La Cruz Doble: Alberto, Parte 2, 1981]Los Jesuitas son los verdaderos autores del socialismo-comunismo. El sistema económico de la Edad Media fue el feudalismo consistente en unos pocos ricos terratenientes y los muchos pobres campesinos. Era un pecado hacer alguna ganancia para cualquiera que no fueran los señores feudales. Entonces, si el mundo ha de ser retornado a la Edad de las Tinieblas, la clase media Protestante debe ser destruida. El Socialismo-Comunismo cumplimentó esto, habiendo rendido sus amargos frutos tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos. El gran engaño es que los Judíos son los autores del comunismo. (¿Después de todo, no es el Sionismo comunismo Judío?) Los hechos son que los Jesuitas usaron sus Judíos Masónicos para introducirlo en 1848 y otra vez en 1917 con la Revolución Bolchevique.
Los Jesuitas entonces movieron a su Masón FDR [*Franklin Delano Roosevelt, cuando fue presidente de EEUU] a reconocer el sanguinario gobierno de Rusia en 1933. Los Jesuitas entonces financiaron el comunismo Ruso con sus Caballeros de Malta en Wall Street. Esto habilitó a Joseph Stalin a llevar a cabo las purgas de los años treinta.
Habiendo engañado al mundo en creer que el comunismo era de origen Judío, los Jesuitas entonces utilizaron a Hitler para implementar «la Solución Final a la Cuestión Judía» –en prosecución del maligno Concilio de Trento. El resultado fue el asesinato en masa de las Juderías Europeas y Rusas en las manos de los SS controlados por los Jesuitas.
Al final de la Segunda Guerra de los Treinta Años (1945) los Jesuitas, con su Línea de Fuga del Vaticano, ayudaron a los Nazis sobresalientes a escapar a Sud América. Y ¿dónde en Sud América? A los antiguos dominios donde el comunismo socialista había sido perfeccionado por los padres Jesuitas –en la nación de Paraguay.
Los Jesuitas entraron en Paraguay en los tempranos años 1600, enviados por los reyes de España y Portugal. Ellos establecieron su supremacía sobre los nativos llamados «Indios Guaraníes» y no les permitieron mezclarse con los Españoles o Portugueses. Fue entre este pueblo que los Jesuitas establecieron sus comunas llamadas «reducciones».Pasados los primeros triunfos de la Reforma, Roma reunió nuevas fuerzas con la esperanza de acabar con ella. Entonces fue cuando nació la orden de los jesuítas, que iba a ser el más cruel, el menos escrupuloso y el más formidable de todos los campeones del papado. Libres de todo lazo terrenal y de todo interés humano, insensibles a la voz del afecto natural, sordos a los argumentos de la razón y a la voz de la conciencia, no reconocían los miembros más ley, ni más sujeción que las de su orden, y no tenían más preocupación que la de extender su poderío. El Evangelio de Cristo había capacitado a sus adherentes para arrostrar los peligros y soportar los padecimientos, sin desmayar por el frío, el hambre, el trabajo o la miseria, y para sostener con denuedo el estandarte de la verdad frente al potro, al calabozo y a la hoguera. Para combatir contra estas fuerzas, el jesuitismo inspiraba a sus adeptos un fanatismo tal, que los habilitaba para soportar peligros similares y oponer al poder de la verdad todas las armas del engaño. Para ellos ningún crimen era demasiado grande, ninguna mentira demasiado vil, ningún disfraz demasiado difícil de llevar. Ligados por votos de pobreza y de humildad perpetuas, estudiaban el arte de adueñarse de la riqueza y del poder para consagrarlos a la destrucción del protestantismo y al restablecimiento de la supremacía papal. Al darse a conocer como miembros de la orden, se presentaban con cierto aire de santidad, visitando las cárceles, atendiendo a los enfermos y a los pobres, haciendo profesión de haber renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, de Aquel que anduvo haciendo bienes. Pero bajo esta fingida mansedumbre, ocultaban a menudo propósitos criminales y mortíferos. Era un principio fundamental de la orden, que el fin justifica los medios. Según dicho principio, la mentira, el robo, el perjurio y el asesinato, no sólo eran perdonables, sino dignos de ser recomendados. siempre que vieran los intereses de la iglesia. Con muy diversos disfraces se introducían los jesuitas en los puestos del estado, elevándose hasta la categoría de consejeros de los reyes, y dirigiendo la política de las naciones. Se hacían criados para convertirse en espías de sus señores. Establecían colegios para los hijos de príncipes y nobles, y escuelas para los del pueblo; y los hijos de padres protestantes eran inducidos a observar los ritos romanistas. Toda la pompa exterior desplegada en el culto de la iglesia de Roma se aplicaba a confundir la mente y ofuscar y embaucar la imaginación, para que los hijos traicionaran aquella libertad por la cual sus padres habían trabajado y derramado su sangre. Los jesuitas se esparcieron rápidamente por toda Europa y doquiera iban lograban reavivar el papismo.En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. “Babilonia la grande” fue “embriagada de la sangre de los santos”. Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder apóstata.
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