GENEALOGÍA DE JESUCRISTO, SEGÚN SAN MATEO
Y DE ACUERDO A SAN LUCAS:
La
genealogía de nuestro Señor Jesucristo se ha hecho tan confusa para algunas
personas, por no saber desde la óptica de las variantes “San Mateo y San Lucas”, su sentido real.
Mateo es claro al
afirmar en su porción escritural, que Jacob es el progenitor de José; pero a
este no lo señala de haber procreado a Jesús de Nazaret, sino que fue
engendrado por el Espíritu Santo, y que nació de Miriam “María” (Mt. 1:16, 18,
23); y que no obstante a la genealogía que se halla contenida en el Evangelio
según San Mateo, es que Lucas devela una genealogía un poco distinta, pues, en
vez de mencionar a Jacob engendrando a José, a este lo menciona como hijo de Elí
(Lc. 3:23); y por ende que ascendentemente, a otros procreadores distintos,
como por ejemplo a Natán y no a Salomón (Lc. 3:31). Esto conlleva a considerar,
que hay una condición de hijo que José obtuvo de Elí, a causa de María, porque no
puede ser otra cosa, que el Mesías proviene de la descendencia de Natán y no de
Salomón, como algunos creen; y por esto es que se mencionan entonces, otros
ascendentes muy distintos a los mencionados en el Evangelio según San Mateo. Lo
cual es más aceptable, por las siguientes razones: “Después de la muerte de David, la vida en
Israel tanto en lo político como en lo social y en lo religioso, comenzó a tener
otro giro, al extremo de que cambió negativamente, porque Salomón cayó en el desenfreno de llegarse a
muchas mujeres, que lo indujeron a la idolatría de dioses abominables y
detestables; y luego es por esto que la nación de Israel fue dividida en dos casas (1 R.
11:1-13). Y a la postre aconteció, la corrupción de algunos de sus
descendientes, que al suscitar que se encendiese el enojo del Ser Divino, este
determinó que en ellos sobrevendría la esclavitud y la opresión; y por
consiguiente que cuando los judíos estaban bajo el dominio de Necao, rey de
Egipto, este dispuso que Eliaquim hijo de Josías, reinara en Judá, en lugar de
su hermano Joacaz, con el nombre de Joacim, quien luego cayó bajo el poder de
Nabucodonosor, y fue llevado cautivo a Babilonia, atado con cadenas (2 Cr.
36:1-6). Y de cuyo Joacim descendió Conías “Jeconías”, quien erradamente es
mencionado en la Genealogía presentada por Mateo, como si fuese hijo de su
abuelo Josías, que reinó en Jerusalén durante 31 años (Mt. 1:11; y 2 Cr. 34:1).
Así que en todos ellos que de Salomón fueron progenie, y de donde siglos
después descendió Jacob, quien engendró a José, marido de María, se venía
generando un mal proceder, en desmedro de la voluntad del Eterno; y es por esto
que la descendencia de Salomón estando ya marcada al fracaso y al destierro,
sobrevino desde que estaba Conías, una profecía en su contra, que el Eterno
pronunció, de la manera como textualmente sigue:
Vivo yo dice ƎҒƎƵ (IEUE), que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo
en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría. Te entregaré en manos de los que
buscan tu vida, y en manos de aquellos cuya vista temes; si, en mano de
Nabucodonosor rey de Babilonia, y en manos de los caldeos. Te haré llevar
cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis;
y allá moriréis. Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver
allá, no volverán. ¿Es este hombre Conías una
vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Porque
fueron arrojados él y su generación, y echados a la tierra que no habían
conocido? ¡Tierra,
tierra, tierra! Oye palabra de ƎҒƎƵ
(IEUE). Así ha dicho ƎҒƎƵ
(IEUE): Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre
a quien nada prosperó sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia
logrará, sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá” (Jr.
22:24-30).
Eso que es la voluntad del Eterno, conllevó a
que la línea mesiánica deviniera de la descendencia de Natán y no de Salomón,
para que así no alcanzase al Mesías, quien ha de sentarse durante su reinado
universal, en el trono de David. Por lo que al término de la genealogía
relatada en el Evangelio según San Mateo se puede observar, que Jacob engendró
a José, pero a este no se sindica de haber engendrado a Jesús, quien nació de
Miriam “María” (Mt. 1:16). Acerca de la que hay que considerar, que descendió
de un progenitor judío proveniente del linaje de David por medio de su hijo
Natán, a diferencia al de su marido José, quien también era descendiente de
David, pero por la descendencia de Salomón (Mt. 1:6-16); y que muchos al no
saber de la concepción de María por obra del Espíritu Santo, creían que José
era el progenitor de Jesús de Nazaret (Lc. 1.34-35; y 3:23).
De manera
que Lucas a diferencia de Mateo, presenta otros antepasados no descendientes de
Salomón, sino que proceden de Natán, hijo del rey David, él de la Tribu de
Judá; y este a su vez de Isaí, hasta llegar a Elohim, padre verdadero de Jesús
de Nazaret, por haberlo engendrado de su Espíritu en el vientre de María (Lc.
3:31-38; Mt. 1:18-25).
Ello aún se revalida y
se fortifica, por lo escrito en la carta de Pablo a los hebreos, en estrecha
concordancia al Salmo profético de David así:
“Mi
Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy, Yo seré a él Padre, Y él me será a mí,
Hijo” (Hb. 1:5; y Slm 2:7).