LA
PALABRA THEOS, SU DERIVADO DEUS (DIOS) COMO GENITIVO DE ZEUS, DEIDAD
PAGANA DE LOS GRIEGOS, LA TRILOGÍA PLATÓNICA Y LA TRINIDAD:
La
palabra Theos, fue utilizada primera vez por Platón, en su libro “La
República”,
para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de
la razón.
Palabra
esa que Platón al complementarla con otros términos para
seguir comprendiendo la naturaleza divina por medio de la razón,
surgió la trilogía platónica, a la manera como sigue:
-
Theos,
ser absoluto y causa primera.
-
Logos,
o razón universal; y
-
Anima
Mundi, alma universal.
Trilogía
que luego de ser acogida por algunos del cristianismo desde la
escuela de Justino Mártir en Roma, alguien logró que bajo otra
terminología tuviera gran incidencia en varios clérigos de
tendencia politeísta, quienes aprovechándose del primer credo
católico establecido en el concilio de Nicea (325 d.C), y a las
circunstancias aventajadas
a su favor por parte de Constantino y con el Edicto de Tesalónica:
“Cunctos
Populos”
(381 d.C.), hicieron énfasis en el vocablo “trinidad”,
del latín trinus, equivalente a triple (tres en uno). Y ese alguien
fue precisamente “Quintus
Séptimius Florens”,
mejor conocido como Tertuliano, quien en vida se destacaba como
abogado, presbítero y escritor. Al cual se le atribuye ser el
iniciador del vocablo “trinidad”,
ya que siendo influenciado de alguna manera por la trilogía
platónica, la llegó a teorizar en el 315 d.C., con el denominativo
de “Trinitas”,
una hipótesis de que los tres son de la misma sustancia (Adversus
Praxeam II; 4).
De
cuya palabra Theos, procede la del latín “Deus”,
que
es un genitivo de Zeus; y de Deus la palabra española “Dios”.
De lo cual se desprende otro genitivo, que para tener una mejor
comprensión de cómo se puede ejemplarizar, obsérvese: “Deus
(Dios) - Genitivo - dei (de Dios) – Deidad”. De
manera pues, que la
expresión “Dios”,
es la palabra española que deviene del latín “Deus”,
usada por el mundo gentil de habla hispana, para atribuírsela
erradamente al Creador, porque dicha palabra como genitivo de Zeus,
viene indirectamente del griego Theos. De manera que al decir Dios,
se está diciendo “Zeus”,
deidad
pagana griega, que los latinos al igual como le decían los romanos,
lo llaman “Júpiter”.
Por lo cual el pasaje de Maaseh (Hechos) 14:13 se tradujo al español
en algunas Biblias, diciendo; “Júpiter”,
cuando en el griego realmente dice: “Zeus”.
Veamos que nos dice el texto griego de dicho pasaje:
“ο→El
δε→pero
ιερευς→sacerdote
του→de
el διος→Zeus
του→de
el οντος→estando
προ→delante
de της→la
πολεως→ciudad
αυτων→de ellos
ταυρους→toros και→y στεμματα→guirnaldas επι→sobre
τους→las πυλωνας→puertas
ενεγκας→habiendo
llevado συν→junto con τοις→las οχλοις→muchedumbres
ηθελεν→estaba
queriendo θυειν→sacrificar”
”
(Pero
el sacerdote del dios Zeus, estando delante de la ciudad de ellos
sobre las puertas, habiendo llevado junto con las muchedumbres toros
y guirnalda, estaba queriendo sacrificar)
La
versión de Jerusalén dice:
“El
sacerdote del templo de
Zeus que
hay a la entrada de la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de
las puertas y a una con la gente se disponía a sacrificar”
(Maaseh/Hechos 14:13)
Pero
distintamente en Reina de Valera 1960, está escrito:
"Y
el sacerdote de
Júpiter,
cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas
delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería
ofrecer sacrificios"( Hechos 14:13).
Así
pues, que las consecuencias de la trilogía de Platón y de la teoría
“trinitas”
de Tertuliano, se vieron luego reflejadas en el mundo gentil, porque
no solo de la palabra “Theos”,
se originó “Deus
(Dios)” como
genitivo de Zeus, Deidad pagana de los griegos y el Júpiter de los
romanos, sino que además de la imposición legal de la creencia de
la santísima trinidad para todo el extenso imperio romano, ocurrió
en el Siglo IV d.C. que por orden del papa Dámaso I, y a cargo de
Jerónimo de Estridón, escribas católicos con ocasión de la
elaboración de la Biblia católica: “La
Bulgata Latina”,
alteraron varios versículos del Nuevo Testamento con expresiones
trinas. Tanto que para mencionar algunos de esos versículos, se
cuentan:
-
Mateo
28:19. Este
versículo en lo que fue el siglo II y III d.C., realmente no
contenía la fórmula bautismal trina; y esto se sabe, porque entre
otras pruebas, es que el Secretario de Constantino, Eusebio de
Cesarea (265-339 d.C.), quien estuvo a cargo de la elaboración de
30 Biblias para Constantinopla, lo citó 18 veces en sus escritos,
de la manera que sigue:
“Id
y hacer discípulos de todas las naciones en mi nombre, enseñándoles
a observar todas las cosas que yo os he mandado”.
-
2
de Corintios 13. Este
capitulo termina realmente en el versículo 13 y no en el 14 a como
está en algunas traducciones y versiones del Nuevo Testamento, ya
que en el Código Sinaítico del Siglo IV d.C., entre otros
manuscritos griegos antiguos, no contienen la añadidura: “La
gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo, sean con vosotros. Amén”.
-
I
de Juan 5:7. Es
otro versículo que fue alterado, desde que le añadieron la coma
juanina: “Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y
el Espíritu Santo; y estos tres son uno”.
En
el Código Sinaítico y en otros manuscritos griegos más antiguos,
solo
los testigos que de verdad están indicados, son: “El
agua, la Sangre y el Espíritu; y estos tres concuerdan entre sí”
De
todo ello se puede decir sin ninguna duda, que aun de la teoría
“Trinitas”
de Tertuliano que dio lugar a la trinidad católica, ya se había
dado el caso de la trilogía platónica, que en aras de la noción de
la existencia del ser absoluto y causa primera de todo, se originaron
las palabras “Deus-Dios”
como
genitivo del Dios pagano “Zeus”
de
los griegos, y el Júpiter de los romanos.
Palabras
esas
que pareciendo distintas, pero que en realidad son lo mismo, se
suscitaron de la palabra griega: “Theos”,
que fue utilizada por primera vez por Platón en su libro “La
República”,
para con ella referirse a la comprensión de la naturaleza divina por
medio de la razón. Y que tales palabras tanto al griego como al
latín, fueron insertadas en las transcripciones, traducciones y
versiones de la Biblia, para sustituir las que en hebreo y arameo,
corresponden en cuanto al Santísimo y Todopoderoso de Israel.
Suscitando que erradamente se le dé la gloria, la honra, la alabanza
y la adoración a Zeus,
cada vez que se diga “Theos-Deus
(Dios)”.