El Simbolismo de los Pájaros
Dos pájaros, compañeros inseparablemente unidos, residen sobre un mismo
árbol; uno come los frutos del árbol, el otro mira sin comer (Mundaka Upanishad,
3º mundaka).
EL
SIMBOLISMO DE LOS PAJAROS . José Antonio Mateos.
En diversas
tradiciones espirituales encontramos referencias al simbolismo de los pájaros o
de ciertas aves, fundamentalmente, este símbolo nos revela una condición del
Ser; la posibilidad de que la conciencia ordinaria ascienda en su naturaleza
volátil hacia los estados superiores de nuestro Ser, así como el descenso de
estos estados sobre ella. El Evangelio plasma este símbolo en esta parábola: El
Reino de los Cielos es similar a un grano de mostaza que un hombre toma y
siembra en su campo; este grano es la más pequeña de todas las semillas, pero
cuando ha crecido es más grande que todas las otras legumbres y se vuelve un
árbol, de tal modo que los pájaros del cielo vienen a reposar sobre sus ramas
(San Mateo, XIII, 31,32). .
Así encontramos representaciones como el
simbolismo de la serpiente celeste; los egipcios sabían perfectamente que la
serpiente no vuela, el hecho de simbolizar a la serpiente volando, o de forma
alada, nos están transmitiendo esotéricamente el conocimiento de que la
conciencia que recta sobre el mundo de los sentidos es capaz de elevarse hacia
las regiones de nuestro ser celestial. Tal vez fuera Teotihuacan el lugar donde
la serpiente se comienza a representar en vuelo; la serpiente como símbolo de la
manifestación individual, del ego , debe rectar en el desapego, la humildad, la
honestidad, la verdad, la excelencia del comportamiento hacia los seres de este
mundo, este es el camino de la serpiente, que alcanza el vuelo hacia los cielos;
esto es lo que hace la serpiente y su linaje, arrastrarse, arrastrarse,
arrastrarse, hasta que el Águila desciende y la atrapa en sus garras, y se la
lleva. (testimonio del Anciano Chichimeca Teocli) Dentro de la tradición
cristiana encontramos referencias de algunos iniciados como san Ambrosio que nos
indica como el Águila es el rey de las almas puras que ascienden al cielo del
conocimiento. .
En el relato de la Bajada de Cristo a los Infiernos, éste
libera a Lázaro, que toma la forma de un Águila. Tal vez en este contexto
podamos entender porqué se le asigna a san Juan Evangelista el símbolo del
Águila. Este símbolo también es parte del Arte Hermético, la expresión Hacer
volar el Águila , significa en términos esotéricos: hacer salir la luz de la
tumba y llevarla a la superficie, que es propia de toda sublimación verdadera,
según nos dice Fulcanelli en su obra El misterio de las catedrales , la
reiteración de este proceso permite despojar el Mercurio exaltado de sus partes
groseras y terrestres. Y de este modo se obtiene el Mercurio filosófico, llamado
pájaro de Hermes . Estas sublimaciones son las que describe Calímaco en el Himno
a Delos , hablando de los cisnes: Los cisnes giraron siete veces alrededor de
Delos ... y no habían cantado todavía por octava vez, cuando Apolo nació . Estos
estados superiores penetran con extrema sutiliza en cada átomo del ser del
iniciado, y es inverosímil que la naturaleza inferior pueda impedirlo. Este es
el sentido de las palabras que Beatriz dirige a Dante en La Vida Nueva (II, I),
cuando le dice: Ecce deus fortior me, qui veniens dominabitur michi . .
(He
aquí un dios más fuerte que yo, que viene a dominarme) En la Tradición, esta
subida a los cielos se atiene a diversas fórmulas de recitación, este es el caso
del dhikr en el esoterismo islámico y de los mantra hindúes. Estas fórmulas
producen ciertas vibraciones a través de las vestiduras interiores, que
armonizan y establecen jerárquicamente la comunicación con los estados
superiores. En palabras de René Guenón: Esto constituye, el fundamento esencial
. En los textos de los Upanishads, encontramos un simbolismo similar: dos
pájaros, compañeros inseparablemente unidos, residen sobre un mismo árbol; uno
come los frutos del árbol, el otro mira sin comer (Mundaka Upanishad, 3º
mundaka). Como vemos el primero de estos pájaros, representa a la conciencia en
su estado ordinario, donde vive y se alimenta de lo múltiple; el segundo es el
Ser Supremo en nosotros, eterno e inmutable. Y si están inseparablemente unidos
es porque la percepción del dominio material y espiritual son una sola realidad
que la mente fragmenta, creando la ilusión de la separatividad y lo múltiple. El
testimonio de maestro persa Farid Attar (1190), también lo sugieren así: Cuando
el alma se unió al cuerpo, fue la parte y el todo: nunca se hizo un talismán más
maravilloso. El alma tuvo en suerte la elevación y el cuerpo la bajeza
terrestre; se formó una amalgama de tierra vil y de espíritu puro. Por la
acopladura de lo que es elevado y de lo que es bajo, el hombre fue el más
admirable de los misterios (Mantic Uttair) Si nos remitimos al simbolismo del
antiguo Egipto nos encontramos con los neters , personificaciones de aquellos
estados o fuerzas que se manifiestan en la naturaleza humana. .
Así
encontramos representaciones como el simbolismo de la serpiente celeste; los
egipcios sabían perfectamente que la serpiente no vuela, el hecho de simbolizar
a la serpiente volando, o de forma alada, nos están transmitiendo esotéricamente
el conocimiento de que la conciencia que recta sobre el mundo de los sentidos es
capaz de elevarse hacia las regiones de nuestro ser celestial. Se comprenderá
que el crecimiento del árbol y el desarrollo de sus posibilidades, simbolizan la
conciencia interior del iniciado que camina en una vía espiritual, y que debe
esperar y aguardar a que su propia naturaleza interior, su semilla espiritual
que reside en su corazón, comience ha expandirse y crecer en la estructura de su
Ser, dentro de los limites del tiempo y de la vigilancia pasiva, pues solo puede
atestiguar lo que sucede dentro de él. Cuando el árbol comienza a elevarse, a
despertarse, armoniza las cinco vestiduras en las que se envuelve el Ser Real, a
las que la tradición hindú llama Koshas , estas permiten el descenso de los
estados superiores, los pájaros que vienen del cielo . ..
Tal vez fuera
Teotihuacan el lugar donde la serpiente se comienza a representar en vuelo; la
serpiente como símbolo de la manifestación individual, del ego , debe rectar en
el desapego, la humildad, la honestidad, la verdad, la excelencia del
comportamiento hacia los seres de este mundo, este es el camino de la serpiente,
que alcanza el vuelo hacia los cielos; esto es lo que hace la serpiente y su
linaje, arrastrarse, arrastrarse, arrastrarse, hasta que el Águila desciende y
la atrapa en sus garras, y se la lleva. (testimonio del Anciano Chichimeca
Teocli) Dentro de la tradición cristiana encontramos referencias de algunos
iniciados como san Ambrosio que nos indica como el Águila es el rey de las almas
puras que ascienden al cielo del conocimiento.
En la Tradición, esta subida
a los cielos se atiene a diversas fórmulas de recitación, este es el caso del
dhikr en el esoterismo islámico y de los mantra hindúes. Estas fórmulas producen
ciertas vibraciones a través de las vestiduras interiores, que armonizan y
establecen jerárquicamente la comunicación con los estados superiores. En
palabras de René Guenón: Esto constituye, el fundamento esencial y primordial de
todos los ritos . . Colaboración de KERIHEB - FRATRES
LUCIS) | |