Viajes astrales - Editorial
Tuve algún pequeño disgusto y muchos “gustos” a partir de la publicación de la última entrada de este sitio (La neurociencia del ego).
Al disgusto (El stress y el medio ambiente) ya lo anticipé en una respuesta a los comentarios de ustedes, mis queridos lectores, y lo resumo rápidamente:
Estaba tratando de organizar una novela (La Novela y la Historia) que hace mucho tiempo daba vueltas y vueltas entre mis papeles (papeles virtuales, vale decir “Mis documentos”, en la computadora -La Computadora).
Tenía que escribir el newsletter, y se me hacía tarde (Aproximación al uso del Blog como recurso de enseñanza y aprendizaje).
Entonces no se me ocurrió mejor idea que mandarles los comienzos posibles de mi novela, para que ustedes juzgaran.
Pero ocurrió que la memoria es una cosa seria… (Psicopatologías de la memoria).
Joise fue el que primero me sorprendió: yo misma no tenía idea de haber publicado ya esa misma pequeña parte de El gato blanco, aquí. Memoria deslumbrante la de Joise y miserable la mía, empezaron a aparecer entre mis buenos amigos “recordadores” varios.
Osvaldo acertó también diciendo que la historia había sufrido variaciones, y en efecto, la redacción sufrió diversas transformaciones con el transcurso del tiempo (Origen de la vida).
Por lo tanto, mi gato blanco número uno se quedará en el primer capítulo. Se me ocurre que lo mejor es que ustedes lo continúen, yo borre de mi novela -a presentar en un concurso- ese principio, y el título también, y todo quede como una historia en colaboración.
Y realmente varios de ustedes siguieron escribiéndola mucho mejor que yo.
“Los de siempre” la continuaron, con ese talento que les envidio de todo corazón y con todo mi amor (El talento).
Pero hubo alguien que la continuó y no era “de siempre”, era nuestro nuevo amigo Baldemar Chacón, impresionante en su prosa (Géneros literarios).
Éste fue uno de mis “gustos”. Por favor, antes de continuar, léanlo otra vez en su primer comentario de la semana pasada en este sitio.
Luego hubo un agrado sorprendente: el envío de Blanca Estela con su relato sobre experiencias personales.
Otro gusto fue la aparición -porque no siempre concurre- y los aportes de Celestino, mi amigo incondicional, de lejos, desconocido, y a la vez tan cercano.
Y luego otro comentario del mismo Baldemar, una respuesta para nuestra verdadera hechicera del blog, Blanquita…
Viajes astrales
Hace muchos años intenté saber algo de ocultismo. Apenas lo deseé, aparecieron como por arte de magia diversos libros en mi biblioteca, sobre el tema.
Uno de los más extraños y más serios, con un gran nivel literario y filosófico, científico también, y enormes dificultades de comprensión, para mí, fue El Tarot. Curso contemporáneo de la quintaesencia del ocultismo hermético, cuyo autor firmaba con un seudónimo, según se explicaba en el texto -texto de más de quinientas páginas y muy pequeña letra-: Mouni Sadhu.
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Por Mora Torres.