SE ALERTA QUE LAS LLUVIAS TÓXICAS DEL DERRAME PETROLERO PODRÍAN DESTRUIR A NORTEAMÉRICA
Mayo 23, 2010.
Por: Sorcha Faal y como lo informa a sus suscriptores Occidentales
Por: Sorcha Faal y como lo informa a sus suscriptores Occidentales
Un sombrío reporte preparado para el Presidente Medvedev de parte del Ministerio de Recursos Naturales de Rusia está alertando el día de hoy que el derrame de petróleo y gas de la British Petroleum en el Golfo de México está a punto de convertirse en la peor catástrofe medioambiental en toda la historia amenazando a toda la mitad del continente Norteamericano con su “destrucción total”.
Los científicos Rusos están apoyando su evaluación de la destrucción apocalíptica en el uso que la BP está haciendo de millones de galones del agente dispersante químico conocido como Corexit 9500 que está comenzando a bombearse directamente hacia la filtración de la cabeza del pozo a casi una milla bajo las aguas del Golfo de México y con el fin, dice este reporte, de mantenerle oculto al pueblo Estadounidense el tamaño total y trágico de este derrame que ya se estima sobrepasa los 2.9 millones de galones al día.
El agente dispersante Corexit 9500 es un solvente que desarrolló originalmente la Exxon y ahora lo manufactura la Nalco Holding Company de Naperville, Illinois y que es cuatro veces más tóxico que el petróleo (el petróleo es tóxico a 11ppm – partes por millón-) y el Corexit 9500 a únicamente 2.61 ppm). En un reporte redactado por Anita George-Ares y James R. Clark para la Exxon Biomedical Sciences, Inc., titulado “La Toxicidad Acuática Aguda de Tres Productos Corexit: Una Revisión”. Se encontró que el Corexit 9500 es uno de los agentes dispersantes más tóxicos jamás desarrollados. Todavía peor, según este informe, con temperaturas de agua más altas, como las que se están dando en estos momentos en el Golfo de México, la toxicidad aumenta.
La Agencia de Protección Medio-Ambiental de los Estados Unidos (EPA) al momento de descubrir que la BP estaba usando este peligroso agente dispersante le ordenó dejar de usarlo, pero ésta se negó diciendo que su única alternativa al Corexit 9500 era un agente todavía más peligroso conocido como Sea Brat 4.
Las principales diferencias entre el Corexit 9500 y el Sea Brat 4 están en el tiempo que les toma a estos peligrosos químicos degradarse en sus compuestos orgánicos constituyentes, que para el Corexit 9500 es de 28 días. Por otro lado, el Sea Brat 4 se degrada en un químico orgánico llamado Nonylphenol que es tóxico para la vida acuática y puede mantenerse en el ambiente por años.
Un mayor peligro que tiene que ver con el Corexit 9500 y como lo presentan científicos Rusos en este reporte, es que con su nivel de toxicidad de 2.61pm y si se combina con las calientes aguas del Golfo de México, sus moléculas podrán tener la capacidad de emprender la “fase de transición” de su presente estado líquido al estado gaseoso permitiéndoles esto ser absorbidas hacia las nubes y dejándolas liberar “una lluvia tóxica” sobre la parte Oriental de la América del Norte.
Aún peor, si se forma un huracán tropical tipo Katrina en el Golfo de México mientras decenas de millones de galones de Corexit 9500 se asientan sobre, o cerca, de su superficie, la resultante “lluvia tóxica” que caiga sobre el continente Norteamericano podría “teóricamente” destruir toda la vida microbiana a cualquier profundidad a la que llegue dando por resultado una “inimaginable catástrofe medio-ambiental” que destruya todas las formas de vida desde el “el nivel más inferior de la tabla evolutiva hasta el superior”.
Nota: Para que se evaporen las moléculas de un líquido, tienen que estar cerca de la superficie, estarse moviendo en la dirección adecuada y tener suficiente energía cinética para superar las fuerzas intermoleculares en fase líquida. Únicamente una pequeña proporción de las moléculas cumplen con estos criterios de modo que la tasa de evaporación es limitada. Como la energía cinética de una molécula es proporcional a su temperatura, la evaporación procede más rápidamente a temperaturas más altas.
Mientras este derrame ya ha destruido más de 50 millas de la costa del Estado de Louisiana en los Estados Unidos, los científicos Estadounidenses están advirtiendo que el daño pudiera ser imposible de reparar, y como lo podemos leer en el reporte de la Associated Press:
“Los restos pegajosos del petróleo sobre las marismas a lo largo de la Costa del Golfo pudieran resultar imposibles de retirar, dejando un estofado tóxico letal para los peces y la vida silvestre, dijeron los funcionarios del gobierno y científicos independientes. Los funcionarios están considerando tomar algunas soluciones drásticas y riesgosas: Podrían prender fuego a las marismas o inundar esas áreas con la esperanza de sacar a flote el petróleo. Advierten que una limpieza agresiva podría arruinar las marismas y hacerles más daño que bien”.
Y para comprender la importancia entera de esta catástrofe debe recordarse que este desastre está ocurriendo en el lugar que se describe que tiene “las aguas más biológicamente ricas en toda América” y ahora con las mayores cantidades de petróleo y el tóxico Corexit 9500 listos para llegar a la costa en los próximos días y semanas lo dejarian destruido por completo durante décadas.
Reportes procedentes también de los Estados Unidos indican que su gobierno se está preparando en secreto para evacuar a decenas de millones de sus ciudadanos de los Estados del Golfo de México si es que se empiezan a cumplir las advertencias de estos científicos.
La mayor lección que deben aprender los Estadounidenses es que la caterva de su gobierno-industria petrolera ha sido igual de destructiva para ellos que su caterva gobierno-bancaria, ambas han hecho más por destruir a los Estados Unidos en estos dos últimos años que lo que cualquier enemigo extranjero pudiera haberse atrevido a soñar jamás.
Pero si los Estadounidenses quieren conocer a su verdadero peor enemigo sólo tienen que asomarse a los espejos que tengan a la mano pues, por principio de cuentas, ellos son los únicos que les permitieron a esos monstruos gobernarlos.
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