La pequeña ciudad patagónica de El Calafate quedó a oscuras en plena tarde, cuando la luna se interpuso entre el Sol y la Tierra en el final de un eclipse solar que comenzó en la Polinesia Francesa y concluyó en el sur de la Argentina.
El eclipse comenzó a ser percibido a las 16:44, hora local (19:44 GMT) y terminó a las 20:52 GMT. Turistas y lugareños observaron el fenómeno desde las laderas de los cerros y montañas que rodean la ciudad, 2.787 km al sur de Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz, único punto de Argentina desde donde se pudo ver en su máxima plenitud.
Una parte eligió pagar para acceder a tiendas calefaccionadas en las montañas que contaban con elementos de observación, mientras afuera imperaba una temperatura de 14 grados bajo cero.
Sobre Buenos Aires el momento culminante fue en la puesta del Sol, cuando el satélite natural tapó el 42% del diámetro solar con un “mordisco” lunar negro a su izquierda. En Puerto Deseado el eclipse comenzó a las 16:51 mientras que en San Julián y Piedra Buena fue a las 16:49 y 16:47 respectivamente. En el resto del país fue parcial entre las 17 y 18, a baja altura sobre el horizonte Noroeste. El fenómeno fue modesto en el Norte del país: en Salta, la Luna cubrió el 26% del diámetro del Sol; en San Miguel de Tucumán, el 32%; en Córdoba el 44% y en Mendoza el 54%.
El primer eclipse total de Sol del siglo XXI fue observado inicialmente en la Polinesia Francesa y en Islas Cook, territorios que quedaron en penumbra por unos cuatro minutos. Posteriormente, ensombreció la Isla de Pascua, a 3.500 km del continente chileno.
Los tahitianos, fanáticos del fútbol, abandonaron sus televisores para observar el fenómeno, antes de regresar a sus casas a mirar la final entre España y Holanda.
Además, unos 5.000 astrónomos, cazadores de eclipses y turistas de todo el mundo eligieron mayoritariamente el archipiélago de Tuamotu, al este de Tahití. Estos atolones poco poblados estaban ubicados en la trayectoria del eclipse total, y se beneficiaron con buenas condiciones meteorológicas. Lo cierto es que ópticas y farmacias vendieron más de 120.000 pares de anteojos adaptados para observar el fenómeno, para una población de 260.000 habitantes.
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