Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
Termina siempre lo que comenzaste. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
Desarrolla tu generosidad sin testigos. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano. Ordena lo que has desordenado. Aprende a recibir, agradece cada don.
Cesa de autodefinirte. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente. No desees ser imitado. Haz planes de trabajo y cúmplelos. No ocupes demasiado espacio.
No hagas ruidos ni gestos innecesarios. Si no la tienes, imita la fe. No te dejes impresionar por personalidades fuertes. No te apropies de nada ni de nadie. Reparte equitativamente. Come y duerme lo estrictamente necesario.
No hables de tus problemas personales. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos. No establezcas amistades inútiles. No sigas modas. No te vendas. Respeta los contratos que has firmado.
Sé puntual. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo. Habla sólo lo necesario. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra. Nunca amenaces. Realiza tus promesas. En una discusión ponte en el lugar del otro.
Admite que alguien te supere. No elimines, sino transforma. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
George Ivánovich Gurdjíeff ,
Nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer y transmitir las enseñanzas del Cuarto Camino en el mundo occidental. Una personalidad misteriosa y carismática, con un agudo sentido crítico, y una elevada cultura tradicional, acaparó la atención de muchos, guiándolos hacia una supuesta evolución espiritual y humanitaria.
Falleció el 29 de octubre de 1949 en Francia. Según los autores que han estudiado su obra, sus planteamientos constituyen un conjunto de ideas interrelacionadas muy revolucionarias, que pretenden guiar a la evolución consciente. El máximo exponente de su obra es la figura del 'Tigre de Turkestán'.
Gurdjíeff mostró que la evolución del hombre es el resultado del crecimiento y desarrollo interior individual; que tal apertura interior es la meta de todas las religiones, de todos los caminos, pero que requiere un conocimiento directo y preciso, pero que sólo se puede adquirir con la ayuda de algún guía con experiencia y a través de un prolongado estudio de sí y del trabajo sobre sí mismo.
Gentileza, Marian Benedit