Bienestar es estar física y emocionalmente bien. Es tener un estado de ánimo equilibrado y confortable que no depende tanto de los bienes materiales como del valor que les otorga a las cosas simples, que se relacionan más con el mundo interno que con lo externo.
Los afectos, la familia, los amigos, las rutinas de todos los días que nos ayudan a sentirnos bien y saludables, el cuidado de una planta o una mascota para los que están solos, la lectura de un buen libro que nos conmueve, hacer deportes y disfrutar todo lo que nos rodea, nos permite vivir en equilibrio y en paz con nosotros mismos.
La práctica de la meditación se ha difundido por todo el mundo y ya no es algo privativo de una elite sino que se ha convertido en un hábito generalizado que produce bienestar.
En todos los niveles, la gente está aprendiendo a estar consigo misma sin sentirse aislada sino descubriendo la oportunidad de experimentar en forma directa la unión con lo trascendente.
A pesar de ser éste un país caracterizado por su efervescencia social y política, de haber sobrellevado crisis profundas y de la peculiar vocación argentina para la queja; también hemos desarrollado fortaleza para salir adelante, gracias a la riqueza de nuestra tierra y a la inteligencia y creatividad de nuestra gente.
Los golpes ayudan a crecer y cada uno en su ámbito ha sabido encontrar una nueva forma de recuperar el bienestar y no perder las esperanzas.
Aunque el tango nos define como melancólicos, en realidad es una pose que forma parte del folclore, porque no refleja con fidelidad la verdadera capacidad que tenemos para salir airosos frente a los avatares de la existencia.
El bienestar se logra cuando se canaliza la energía para salir de los problemas con creatividad, utilizando recursos genuinos.
Para nuestra gente cultivar la amistad produce bienestar, o sea, la oportunidad de reunirse con personas queridas y vivir un clima de festejo.
El encuentro con otros nos permite comunicarnos, compartir emociones y disfrutar de mutuas experiencias.
El bienestar es la sensación de sentirse incluido, de participar y ser tenido en cuenta como persona individual y única. Es tener la conciencia tranquila, es tener la posibilidad de escuchar y ser escuchado, de formar parte de un núcleo humano que se apoya mutuamente compartiendo aciertos y adversidades.
El bienestar comienza con un buen estado de salud, con el cuidado en la alimentación y el respeto por el cuerpo; y se consolida con el equilibrio psicológico expresando las emociones, aceptando el pasado, estableciendo relaciones afectivas armoniosas, evitando el estrés que genera imponerse metas demasiado ambiciosas, aceptando los límites, evitando los excesos, haciendo lo que a uno le gusta y adoptando la moderación como forma de vida.
El bienestar produce placer pero la búsqueda del placer no alcanza para producir bienestar, porque el bienestar es más que placer, es plenitud, es paz interior, es sentirse bien con uno mismo y también con los otros.
Cualquier expresión artística en todas sus formas reportan bienestar, así como cualquier trabajo fecundo que nos permite sostenernos a nosotros y a nuestras familias.
Bienestar significa la capacidad de buen vivir, rodearse de un ambiente grato y cómodo al que todos tenemos derecho; y va de la mano con la calidad de vida, porque no puede haber bienestar donde las necesidades básicas no están satisfechas.
Es difícil sentir bienestar cuando hay aún personas que no lo conocen, por eso el voluntariado produce regocijo, sensación de estar haciendo algo para remediar esas diferencias.
El bienestar es necesario para estar en condiciones de realizarse plenamente y desarrollar el potencial.
Aspirar al bienestar es necesario y justo.