Parte 1 - el personaje
Hablar de esta entidad es meterse en aguas profundas, es cierto. Y peligroso además, por tratarse del genocida más grande registrado, confeso con pleno cinismo, seguramente debido a la condición de impunidad que se autoconfieren los dictadores… pero, por otra parte es un deber del alma, hacerlo, sacar la careta y dejar al desnudo lo horrible…
De hecho, mucha gente confunde a Jehová con Aquella Inmensa Entidad Mencionada Como DIOS… Diferentes versiones de la Biblia conducen con facilidad a ese error, al mencionar su nombre seguido del epíteto divino… otras en cambio, dejan a Jehová o Jahvé, según lo escrito original, es decir las letras hebreas que constituyen el núcleo conceptual de aquel nombre.
Textos más antiguos que la Biblia misma han venido en ayuda para comprender mejor la mitología encerrada tras las palabras bíblicas. Y no se piense que con la palabra ‘mito’ se intenta peyorar texto alguno.
La señora Blavatsky dice en alguna parte:
“La leyenda es una flor que se abre con la fuerza de la fe…”
Entonces, al confrontar antiguos registros históricos, dictados por sus protagonistas a los incipientes cronistas humanos, o atestiguados como parte de los acontecimientos cotidianos de aquellos tiempos, nos encontramos con un Jehová—dos en realidad—histórico, que de verdad vino a este cuerpo planetario como parte de una misión espacial.
La tarea en sí, alejada estaba de ser la ‘creación del hombre’… Se trataba de algo mucho más técnico, concreto y específico, como es el trabajo de minería para extraer oro. Y el ‘hombre’—nosotros—fue producido más tarde como respuesta a una necesidad de mano de obra, no debido a un mandato explícito de la Deidad, aunque es indudable que Su Voluntad escondida tras las apariencias era esa.
Jehová formaba parte, como comandante de un grupo de alienos venidos desde el misterioso Planeta X que la Astronomía sabe que existe y necesita encontrar para explicar las anomalías orbitales de Urano y Neptuno. Con el redescubrimiento de Plutón en 1930, se creyó tener la respuesta, mas a poco caminar y debido al exiguo tamaño y masa de Plutón y su acompañante Caronte, los cálculos demostraron el error y desde entonces a la fecha, la búsqueda ha sido un continuo.
Al respecto, se sospecha de un cuerpo descubierto en 1983 por el IRAS (un telescopio satelital infrarrojo) que parece cumplir con las cualidades físicas para ejercer las desviaciones orbitales señaladas.
Sin embargo la noticia, aparecida como una nota pintoresca en un par de periódicos del momento, fue acallada con la prontitud del caso cuando la opinión pública es considerada impropia para conocer la realidad de los hechos: el cuerpo planetario descubierto es unas 4 veces mayor que la Tierra, y se dirige hacia el núcleo de nuestro Sistema solar, lo que lo convierte en un peligro potencial y por ende el conocimiento masivo de su existencia podría derivar en crisis mundial de histeria.
La insistencia y porfía de muchos observadores mundiales en este descubrimiento tiene un fundamento serio al comparar el lugar celeste y las características físicas de la observación, con los antiquísimos textos sumerios que describen al planeta original de donde provino la misión espacial a la Tierra. Hay plena coincidencia entre lo descrito por las tablillas de Súmer y lo develado por el IRAS. Esto nos coloca en el sendero de la realidad, sin duda, al tiempo que explica la aparente digresión al hablar del IRAS y su silenciado hallazgo.
Según Andy Lloyd, investigador británico, este cuerpo planetario forma parte del séquito que acompaña a una estrella enana café, binaria de nuestro Sol.
Es una buena teoría que complementa y explica ciertas ‘anomalías’ en relación a los registros ‘históricos’ del regular acercamiento de este planeta, que los sumerios llamaron ‘Nibiru’ (‘del cruce’) debido a que su presentación en los cielos ocurre justamente de forma cruzada en vez de la tradicional para el resto de los cuerpos planetarios observables.
Sin embargo, es Zecharia Sitchin (ver El 12º Planeta) el investigador que ha develado estas realidades a la humanidad.
Su trabajo por más de 60 años ha puesto en evidencia numerosos textos sumerios y de otra procedencia, además de ordenar lo ya traducido con anterioridad a su trabajo. Movido por una curiosidad infantil puso todos sus esfuerzos en traducir de forma correcta la palabra ‘Nefilim’, que en algún texto de su enseñanza primaria era traducido por ‘Gigantes’ y que él, por su ascendencia hebrea apreció como erróneo. Esta duda le carcomió energías, gatilló el alma y enfocó su conciencia… Te agradecemos, Zecharia, desde el infinito y la eternidad misma.
Y desde allá, fue que vino este Jehová y la hueste de Elohim, Nefilim, o Anunnakis.
Y aquí llega el momento de complicar algo las cosas. Porque el primer grupo en llegar venía al mando del hijo mayor del monarca de Nibiru.
Es conocido en los textos sumerios como ‘Enki’, que significa ‘Señor de la Tierra’. Fue él quién debió preparar lo necesario para iniciar los trabajos de extracción, carga y transporte del preciado oro, vital para sostener la atmósfera de su planeta. Puertos espaciales, canales en los ríos escogidos para extraer el mineral buscado, asentamientos de todo tipo.
Unos cuantos ‘años nibiruanos’ después, llega a la Tierra un segundo grupo de astronautas, al mando de su hermano menor, Enlil (el Señor de la Misión), y como su nombre lo indica, se hizo cargo de los trabajos como comandante general…
La Tierra carece de la abundancia de oro en comparación por ejemplo, con el cobre, y los trabajos, arduos y lentos, resultaban insatisfactorios para la necesidad de Nibiru… (referencias completas a esta circunstancia se hallan en ‘El 12º Planeta’ del mencionado investigador). Entonces, Enki, pone sobre el tapete la generación de un ‘servidor’ - término que suena bien pero que en realidad se traduce mejor por esclavo - a partir de un homínido terrestre que pudiera completar la cantidad de trabajadores necesarios para realizar el trabajo de extracción. Disponen del conocimiento y la tecnología adecuada para la transgenización necesaria.
Este par de hermanos, príncipes de Nibiru, al parecer mantenían un tipo de relación tirante debido a la heredad del reino. Enki era el primogénito, y sin embargo por ser Enlil hijo del cruce entre Anu el monarca y una media hermana, tenía una carga de ADN ‘real’ más poderosa que su hermano mayor y por tanto, según los cálculos es él quién debe ser a la sazón, el monarca de Nibiru.
Esta realidad al parecer, despertó una explícita rivalidad entre los hermanos, tensión que acá en la Tierra se hizo sentir.
Y, ya sea por esa competencia, o por prudencia, Enlil se mostró contrario a la generación de este ‘servidor’ tal como proponía Enki. Sin embargo, la necesidad fue mayor que cualquier referencia, y el propio monarca Anu fue quién dirimió el asunto a favor de le generación del esclavo, ralea que finalmente derivó en la actual raza humana terrestre…
Así las cosas y después de muchas circunstancias y años terrestres, tenemos que la política de estos alienos terminó por conferir a Enki las tierras del hemisferio sur: África en donde fundó Egipto, Asia en donde una de sus descendientes, Inanna dio a luz la civilización del Indo, y después América, donde otro de sus hijos fue conocido como ‘la Serpiente Emplumada’… Enlil y su parentela derivaron en el pueblo hebreo, además de otras civilizaciones…
El caso es que, para los registros de los escribas humanos, este par de hermanos eran los jefes indiscutidos, los reyes que gobernaban sobre los demás ‘dioses’ extraterrestres, ya que sin importar donde se presentaran, siempre eran reverenciados por los demás alienos.
Y la Biblia recoge entonces, algunos de los encuentros y andanzas de ambos, sin hacer una separación manifiesta… la huella de uno y otro sin embargo, es factible de reconocer por el talante y las capacidades de uno y otro. Enki siempre positivo mientras su hermano es de una seriedad a toda prueba y nunca a gusto con la humanidad, al paso que su hermano mayor soslaya una conjura conducente a la destrucción humana y entrega al bíblico Noé las claves necesarias para salir indemne del diluvio…
Entonces, de retorno al original propósito de este ligero texto, veamos algunas citas bíblicas respecto a Jehová, entidad que despliega una indecible facilidad para maldecir a diestra y siniestra. Tan sólo por esta cualidad, resulta impropio confundirlo con la Deidad misma, infinitamente misericordiosa, aunque circunstancialmente incapaz de resolver de manera instantánea los problemas y dolores planetarios…
Jehová en cambio, se refocila con la expulsión del hombre de un sitio donde la vida era gratis y del todo benévola, y - según la Biblia al menos - inventa un diluvio para hacer desaparecer del mapa a nuestra estirpe.
En Génesis VI, 17, se lee:
"Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra perecerá"
Esas son palabras de Enlil, y luego Enki es quién ‘salva’ a un resto de los humanos en la familia de Noé.
La sola manifestación del deseo destructivo es suficiente. Pero hay más, mucho más…
En Salmos 2, vers. 11 y 12 leemos:
“Servid a Yahveh con temor, con temblor besad sus pies; no se irrite y perezcáis en el camino, pues su cólera se inflama de repente. ¡Venturosos los que a él se acogen!...”
Un jefe, que no deidad en absoluto, que se impone por el terror. De verdad, la razón se me hace pequeña para comprender por qué Hitler lo desechó como mentor… después de todo, este Jehová más de una vez maldijo a su ‘pueblo escogido’ y bien pudo el jerarca nazi hacer las veces de su verdugo…
El salmo 94 comienza de manera rotunda: ¡Dios de las venganzas, Yahveh, Dios de las venganzas, aparece! Por esto, redundo lo expresado en un texto anterior: con esta clase de ‘Dios’, el Diablo es apenas una figura decorativa…
La suma podría extenderse hasta el fin de la Biblia misma… por ejemplo, el salmo 147, en sus versículos 10 y 11 señala:
“No le agrada el brío del caballo, ni se complace en los músculos del hombre.
Se complace Yahveh en los que le temen, en los que esperan en su amor.”
Es decir, eres un dios del temor, del terror, de la venganza, de la muerte, y con todo cinismo, haces que tu ‘canalizador’ de turno declare que el amor y el temor van juntos… qué clase de deidad eres, Jehová, puerco entre los puercos, con el perdón de los puercos por rebajarlos con tanta ligereza…
Consciente soy de tu corona, y jamás negaré que muchas dádivas vinieron a nosotros por tus manos, pero nada de ello amerita tu iniquidad, tu desamor por quienes llevamos tu herencia genética…
Muéstrate una vez más. Como el terrible dios de la venganza, que la humanidad entera conozca de primera mano tu cólera del espanto, que la tierra entera tiemble bajo tus iras, dios de mierda…
Mis hermanos terrestres sabrán algún día comprender que eres un castrado del alma, un inicuo, un sin sentido universal… mis líneas son apenas el comienzo, y desde ya levanto mi escudo de eternidad contra tus maldiciones, epítome de lo peor, egregio genocida, sombrío alienígena… mil veces puedes destruir mi pasar terrenal, que mil y una veces lo reconstruiré para encararte y dejar al descubierto la realidad tras tu máscara.
Y te aseguro, no estoy solo en esto: mis hermanos terrestres han adquirido la conciencia necesaria para comprender tu bajeza y saber que la eternidad es propiedad de los Espíritus que nos vivifican, y por tanto, el daño que nos puedes causar es apenas circunstancial; en cambio tú, en cada maldición te hundes más en el abismo de tu propia vileza.
Parte 2 - la paranoia mundial
En lo que se refiere al contacto extraterrestre, la Web está plagada de avisos paranoicos respecto a extraterrestres lagartos, buitres, grises perversos; y así la lista de seres malévolos es larga. Representantes humanos de estas endiabladas entidades, serían los ‘Illuminati’, una sociedad secreta que controla a la humanidad a través de varias fuentes, principalmente el poder del dinero y los valores materiales en general.
La teoría asevera que poseen casi la totalidad del poder económico mundial, y que por estos tiempos están dedicados a generar ‘el nuevo orden mundial’, un gobierno global dentro de cuyos parámetros quedaría la raza humana del todo esclavizada, a merced de sus designios.
¿Hasta dónde lo anterior, puede resultar verídico, y, de dónde provienen estos hipotéticos ‘Illuminati’?
Antes del principio del humano terrestre, la Tierra estaba habitada por sólo animales, lo que de ninguna manera alguna excluye a la inteligencia, como es factible comprobar en delfines y otros; pero para los efectos reales, una ‘civilización’ planteada como sociedad, ciudades y organización concreta era algo inexistente.
Luego llegaron los Anunnaki a explotar minería de oro. Al comienzo fueron asentamientos productores, en la cercanía de los cuales obviamente, estaban sus viviendas. Hubo sin embargo, una poderosa necesidad de mano de obra, merced a la cual y después de intentos van e intentos vienen, una pequeña partida de homo servus fue generada.
A poco andar este ‘servus’ demostró ser hábil y eficiente trabajador, por lo cual la demanda por sus servicios—gratuitos como cualquier esclavo (servus en latín)—se hizo numerosa: cada Anunnaki quería disponer de este homínido de negro pelaje que paseaba su desnudez corporal sin remilgos, igual que nuestras mascotas, animales de granja y el resto del reino animal.
Entonces fue necesaria una nueva intervención en la genética del esclavo, y le fue conferida la capacidad de procrear… …Y la raza humana terrestre comenzó su propagación.
Vino después, ya en fecha reciente, hace apenas unos 13 u 11 mil años, el diluvio. Con esta catástrofe, la cantidad de humanos terrestres disminuyó casi hasta el cero absoluto. Pero ese ‘casi’ hizo la diferencia y una vez retiradas las aguas el hombre recomenzó la multiplicación de la especie.
Cachondos somos, de modo que esta tarea se cumplió a cabalidad.
Las guerras intestinas de estos Anunnaki emplearon humanos como carne de cañón. En algún texto antiguo se puede leer una reflexión de Zeus en relación al excesivo número de humanos, razón por la cual decide una guerra que diezme la excesiva cantidad, y junto con inventar un concurso de belleza induce a Afrodita a que soborne a uno de los jueces—Paris—para ella resultar elegida.
Resultado: Afrodita ganó el concurso y el cohecho ofrecido debió ser cancelado mediante el enamoramiento y posterior rapto voluntario de Helena la esposa de Menelao… la historia de la Guerra de Troya es conocida de más como para proseguir esa huella del relato.
Ejemplos como ese hay muchos en la historia antigua.
Los Anunnaki jugaron desde los inicios con la vida de los hombres, tal como en la actualidad los becerros son llevados al matadero para complacer el paladar humano… Lo que escapó a la conciencia de Zeus fue que, tras el velo de la mortandad, Eneas y un puñado de troyanos que lograron escapar de la vulnerada, saqueada y arrasada ciudad, llevaron su destino hacia un sitio con siete colinas donde se constituyó el centro de la civilización que venia: Roma.
La historia humana tuvo un recomienzo luego del diluvio, y no sólo eso, sino que además estos alienos dedicaron esfuerzos para educar a la incipiente raza humana. Es así como en Súmer aparecen ciudades completas, con edificios de varios pisos, escuelas y leyes de comportamiento social. Pero, siempre en cada asentamiento, hubo un ‘dios’, un ET que presidía por sobre la sociedad humana; y que, además de regir, era dueño y señor de todo.
Estos Anunnaki, escasos en número y en especial carentes de hembras, vieron con buenos ojos y gran deseo que las hembras humanas y sus feromonas les despertaron apetitos naturales, y el encuentro sexual de humanos y alienígenas fue un capítulo abierto a la exploración y el placer. Los descendientes de aquellos cruzamientos terminaron por heredar las tierras, tesoros y reinos de sus padres venidos del cielo…
Así, el poder económico, social y político fue reservado a unos pocos.
Huellas de aquellos episodios, promesas de la fortuna por acumular y finalmente la realización de los acontecimientos las podemos leer en la Biblia, y aunque puede parecer del todo innecesario citar ya que la riqueza que poseen unas cuantas familias descendientes de David y su estirpe Salomón y otros congéneres lo hace visible, explícito e incontestable, un par de textos pueden concretar estas líneas.
Son ellos los legítimos herederos de Jehová mismo, son su pueblo escogido.
En Génesis 17; 1-8:
“Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció Yahveh y le dijo:
«Yo soy El Sadday, anda en mi presencia y sé perfecto. Yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicaré sobremanera.»
Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así:
«Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad.»”
Nota: el término ‘dios’ en aquellos tiempos estaba desposeído del concepto ‘Divino’ tal como lo entendemos hoy día. La palabra viene de un vocablo griego ‘enteoi’, que significa literalmente: ‘habitante del cielo’, y en efecto, tanto Jehová como toda la hueste de Nefilim, vinieron del cielo y por tanto esa denominación les calza. Por desgracia, la mano negra adulteró la noción nuclear y engrandeció el vocablo hasta el Infinito y más allá…