¡Viernes Exclusiva!: ¡La Macroestafa del cáncer, quimio y métastasis!

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“FUI ABDUCIDO EN MI CUARTO POR GIGANTES NEPHILIM”

…Y ME CEPILLÉ A UNA MUERTA VIVIENTE, UNA SÚCUBO” ¡EXCLUSIVA!

© contraperiodismomatrix.com

Emi nos muestra un hueco en la axila donde dice que le metieron algo, un chip o un transmisor o algo que no sabe. En efecto se notaba un hueco y algo raro por allí. Le dije que se hiciera una radiografía y ¡era cierto …había algo métalico!, el matasanos dijo que “igual había subido de la rótula”…. Al día siguiente de contactar conmigo intentaron matarle en un accidente. El chip te controla mentalmente. Me dijo que me iba a enseñar la radiografía, pero no asistió, harán lo posible para que no lo haga, porque le tienen controlado. ESTÁN AQUÍIIIIII.

LA HABITACIÓN DEL TERROR


La historia de Emi , Emilio García, un argentino afincado en Cantabria es realmente increíble, cuando no aterradora. Se trata de un criador de perros y músico de élite, que ha tocado con grupos famosos, que vivió la típica experiencia de secuestro alienígena y que dice tenera algo dentro a la altura de la axila. Algo superior a él, le hace permanecer en Cantabría, sin tener un montivo concreto y ya hemos dicho que Cantabria es una base alienígenaa de primera categoría donde misteriosos ovnis y falsos aviones hologramas no paran de fumigar a todas horas. Ahora nota que entidades le “acarician” y el otro día , después de contarme su experiencia, que nadie sabía, porque temía la tomasen por loco, estuvo a punto de tener un grave accidente cuando una rata fantasma holográfica le subía por la pierna…

“VI UNA LUZ CEGADORA Y VARIOS GIGANTES DE TRES METROS

Emi es argentino de Buenos Aries y tiene 42 años. Dice que antes era el hombre más feliz del mundo, músico de éxito, millonario, con una estupenda mujer cañón y modelo y una familia venturosa.

Sin embargo algo pasó en su vida una fatídica noche de 2003…y en otra en su lejana juventud

- Estaba en Dover, Inglaterra -nos cuenta con gesto abatido- de vacaciones, visitando a Alan Bates y unos amiguetes. Era en el 2003. Todo iba perfectamente y estaba relajado y a gustito disfrutando de mi tiempo de ocio. No fumo, ni bebo ni tomo drogas. Tampoco había comido nada extraño. El caso es que después de cenar me fui a la cama y entré rápido en estado de duermevela, en ese que estás entre el sueño y la vigilia…

UN PITIDO DEL OTRO MUNDO

Estaba así cuando de repente comencé a sentirme extraño. Como si hubiera una presencia en el cuerto. Oía algún crepitar y como un aliento de alguien que estuviera cerca de mí. Enseguida me invadió el miedo, pero pensé que serían imaginaciones mías.

No hice caso e intenté seguir durmiendo.

Entonces noté como si se hubiera abierto el ventanal y una gran luz que jamás había visto antes se introducían en mi cuarto. Era tan cegadora y anormal, que nunca antes había conocido algo similar. Sin duda, una luz de otro mundo. Cegaba. Molestaba, era, digamos, como la luz que unos policías malos te ponen en los interrogatorios de las películas.

UN BLANCO EXTRATERRESTRE

La luz me envolvía más y mas como si me estuviera introduciendo en otra dimensión, o lo que me temo es peor, como si seres de otra dimensión se estuvieran introduciendo en mi cuarto en 3D desde otra dimensión, ovni o planeta. Una legión de humanoides estaban entrando en mi cuarto, como pedro por su casa. Era un blanco que no se parecía a nada conocido. ¡Era un blanco que ni el detergente Ariel!…

Estaba aterrado. Mi primera reacción fue gritar. Pero no podía. No podí gritar ni moverme y estaba expuesto, sumiso a que me hiciera quien fuera lo que les diera la gana. “Son ladrones y van a matarme”, pensé. Nunca me dio por el tema de extraterrestres ni me preocuparon este tipo de asuntos. Claro, hasta que me pasó esto.

El tiempo discurrría interminable. Los segundos eran enternidades y yo estaba allí inmovil, acojonado, como en otro mundo, sin saber qué hostias me estaba pasando.

Entonces los vi.

MONSTRUOS DE TRES METROS

Eran horrorosos. Monstruos. Seres altos de unos tres metros, No sé cuantos eran. Pero podían ser 6 ó 10, parecían muchos. Tenían la cabeza ovalada, como un pepino y eran oscuros o grises:

-¿Pero esto es un sueño o no?…. -me decía.

Pero no parecía un sueño para nada. Todo era muy real. Yo viví realmente aquello. En este estado de shock y terror oí un pitido, que me dejaba grogi y todavía más a su merced, esto luego supe que es algo típico en abducciones , según me explicó Luis Carlos Campos y que ocurrió en la famosa primera abudcción del matrimonio Hill en EEUU.

Yo seguía sin poder moverme, pero veía a esos humanoides enormes en mi cuarto, como sombras del Castillo de Drácula. Eran enormes, imáginate ver una cosas de tres metros en tu cuarto…..el miedo que te puede provocar eso, pues no, yo vi un grupo de ellos que venían a por mí.

Todo lo que notaba era muy extraño, era algo demasiado nuevo e impresionante para mí, un escépico total de las boludeces de ovnis y platillos. ¡Claro que venían a por mí !. Sentía que hablaban entre ellos, pero no abráan sus sucios morros. ¡Hablaban telepáticamente, los tíos!. Decían cosas y me cogían y me ponían de pie!. “Estos lo mismo me violan”, pensé, tonto de mí, cuando era obvio que eso era una flagrante violación de mi intimidad que viven millones en la Tierra, como luego me enteré.

PINCHAZO HORRIBLE EN LA AXILA

Me pusieron de pié en una parte de la habitación junto a la ventana. Me examinaban y me levantaron los brazos y empezaron a hacerme cosas y creo que me pasaban aparatos, que podrían ser escáneres. Me metían varillas por las orejas o una por las axilas que me dolió mucho, incluso vi que salía algo de sangre, pero todo desaparecía al instante. Así me pinchaban por todo el cuerpo.

Una cosa que recuerdo bien es que me estiraban los dedos y me sacaron sangre. Eso lo tengo vívido como si los tendría delante de mí ahora mismo. Me metieron varias varillas por el oído y en el cuerpo. Cuando me las metían todo cicatrizaba muy rápidamente. Así estuvieron jugando conmigo como media hora sin que yo pudiera moverme o gritar, sin duda habían hecho algo para desactivar estas funciones. Y luego desaparecieron y quedé yaciendo en la cama, cansado, estresado y como si me hubieran pegado una paliza o tuviera la fatiga de una gripe o enfermedad.

Entonces me noté como más despierto ya en vigilia, pero me sentía igual de cansado y tenía un total dolor en la axila. Notaba el pinchazo y el agujero y que me habían metido algo, un chip o lo que sea que lo noto siempre desde entonces, como si estuviera controlado y me siento muy mal a partir de entonces y mi vida cambió y quedó destrozada… Ademas de que un karma extraño me tiene atrapado en Cantabria…no puedo salir de aquí…”